Alejandro Domínguez volvió de Europa a River para darle una mano al club en el momento más duro de la historia de la institución, tal y como lo hizo Fernando Cavenaghi. Luego de haber devuelto al Millonario a su lugar de pertenencia, Matías Almeyda prescindió de él y del Torito, y ambos debieron marcharse de la institución.

A diferencia de Cavenaghi, el Chori no pudo regresar a La Banda y esto quedó como una cuota pendiente para el delantero, quien siguió jugando en el fútbol europeo. A mediados de 2017, el atacante intentó volver, pero Marcelo Gallardo no se comunicó con él. 

Si bien nunca guardó rencores hacia el Muñeco y la dirigencia, Domínguez dialogó con Infobae y confesó que lamenta mucho caer en la cuenta de que ya no podrá volver a ponerse el manto sagrado: "Me es difícil aceptarlo, pero hay que dejar fluir".

"Mi idea era regresar y retirarme allá. Y hasta soñaba con una despedida en el Monumental, no sé si tan grande como la de Fernando Cavenaghi, pero no esto que pasó. Sé igualmente que el agradecimiento de la gente lo tengo, porque a cada segundo me llegan mensajes de los hinchas millonarios en redes sociales", agregó el atacante.

Incluso, el Chori contó que nunca dialogó con el DT: "No lo llamé ni me llamó. Tampoco lo haría. Eso debe ser espontáneo, natural. Ellos deberían comunicarse. Hoy recibo muchos mensajes de hinchas para que llame a Gallardo o a Rodolfo D'Onofrio para volver y no es así. No funciona así. Si un entrenador quiere a un jugador lo llama o lo hace el club. Yo no estoy acostumbrado a que yo tenga que llamar. Yo soy de otra manera. No considero que un jugador tenga que llamar. Se mencionó de una posiblidad en 2017 pero no se dio".

Eso sí, advirtió que tuvo diálogo con algunos directivos del club: "Hablé con la dirigencia. Tengo buena relación. Lo vi a D'Onofrio en Rusia durante el Mundial porque nos alojamos en el mismo hotel. Pero como siempre digo esto es un tema futbolístico y el que está como entrenador tiene el derecho a elegir al jugador que quiera".

A pesar de que se encuentra libre, Domínguez señaló que jamás jugaría en otro equipo del fútbol argentino que no sea el Millo: "Yo ya dije que sólo regresaría al país para jugar en River". Y contó cómo es su actualidad: "Por el momento estoy tomándome un respiro, un descanso. Hoy mi prioridad son mis hijos y mi mujer, pero no dejé el fútbol. En diciembre puede ser que retome porque lo tengo hablado con el Presidente del Rayo y tengo la chance de regresar. Si tengo ganas sé que puedo estar. Estoy para jugar. Un preparador físico personal con el que trabajé me dio 2 años más por lo menos. Tengo ganas".

Por otra parte, el hombre de 37 años confesó que hubo una época (incluso cuando estaba en River entre 2011 y 2012) en la que sufría ataques de pánico: "Gracias a Dios ya lo superé aunque en ese momento en River fue duro porque hubo gente que nos quiso hacer daño, complicar nuestro vestuario, lastimarnos ya que el grupo no sabía lo que me pasaba. Por ejemplo se decía 'tiene ataques de pánico, es un cagón', todos lo asocian así y yo te aseguro que lo que te pasa no lo podés manejar hasta que no te tratás. Yo lo que viví no se lo deseo a nadie. Solo el que pasa por algo así lo entiende".

"Sentía que me iba a morir en un vestuario o en cualquier lado. Sucede sin aviso. Y ahí vos debés tener las armas suficiente para poder salir. Yo me traté con Leonardo Seiref que es un psicólogo deportivo al que le tengo mucho cariño y respeto porque me asistió en todo ese año en River. El me ayudó a encontrar el camino para poder salir de ahí y continuar con una vida normal. Cuando a uno le pasa eso es una catástrofe", agregó.

¿A qué se debieron los ataques de pánico? "Por la alta exigencia, la presión. Ahora muchos salen a decir, 'no hay presión, el futbolista vive bien' y en verdad cada vez es peor, cada día hay más stress, porque no se trata solo de entrar y jugar un partido. Pasan otras cosas. Hay que adaptarse a los contextos muchas veces. Por ejemplo, yo llegué a Rusia con 22 años, a Kazan y ojo que en ese momento no era la Rusia que vieron ahora en el Mundial. Los entrenamientos y las concentraciones eran de régimen militar, me tenía que lavar la ropa y limpiar los botines algo que en Argentina no hacía; en mi casa no teníamos internet ni TV por cable, no saber el idioma te pone triste. Todo eso me dejo una enseñanza pero fue duro. No es como dicen que el jugador está realizado y que no tiene presión", sostuvo el Chori, quien afirmó que se encuentra recuperado.

 

MÁS DEL CHORI DOMÍNGUEZ:

Su recuerdo de la temporada en la que volvió para hacer resurgir a River: "A donde íbamos había gente, teníamos un gran recibimiento en todos lados. A mí me dejó muchos recuerdos. Vivimos de todo: disfrutamos, nos preocupamos porque no era fácil conseguir el objetivo pero cumplimos, hicimos nuestro trabajo. Igualmente sobrevivir en ese contexto no es fácil. El día a día, la prensa, todo se hizo muy difícil. Tuvimos que luchar con muchas cosas. La obligación principal era de los dirigentes que lo llevaron hasta ahí abajo. Nosotros con Fer (Cavenaghi) sentimos que el club nos necesitaba y fuimos de corazón. Yo arreglé con el Valencia y viajé. Dimos el paso hacia adelante porque creíamos que lo teníamos que hacer".

Por ahora no se ve con futuro como DT: "No me apasiona por ahora y yo creo que debes hacer cosas que te apasionen. Los que me conocen dicen que podría ser un buen entrenador pero no me veo. Sí me gustaría estar ligado a algún club como director deportivo. Tengo una muy buena relación con los dirigentes del Olympiakos de Atenas, allí dejé una muy buena imagen. Aunque por el momento espero que en diciembre surja algo nuevo para jugar".

La razón por la cual no viaja mucho a la Argentina: "No viajo mucho, nuestro país cambió. Se perdió el respeto, algo fundamental. Argentina está peor porque en tres puestos fundamentales que son educación, salud y seguridad se paga muy poco. A los maestros, los médicos y a la policía los tenés que tener bien cuidados, son prioridad. Si vos a esas personas las tenés bien, todo va a funcionar mejor. Acá en cambio, hay respeto por la vida. Si cruzás la calle, los coches paran. Seguramente al leer todo esto digan "bueno, quedate en Europa", ya que es la mentalidad que puede existir. Cada uno que opine como quiera. Aunque el que tiene la posiblidad de ver y vivir otra cosa, entra en duda".