El sentimiento por River excede todo tipo de límites geográficos. No existen fronteras ni nada por el estilo. La pasión se contagia, se estimula e incluso alcanza un costado solidario que es digno de imitar. La filial Miami dio una muestra de ello a través de sus integrantes, quienes apadrinaron una humilde escuela de Cafayate, en Salta.
Sebastián Gordon, quien por primera vez viajará para ver al Millonario en el Monumental acompañado por su sobrino Martín Blanco y su padre, fue el encargado de llevar adelante la gestión, mientras que Fernando Fiore, un famoso relator latino de Fox Sports e hincha del Más Grande, y Federico Delaney, otro de los miembros, lo ayudaron en la acción benéfica. Justamente, Delaney conversó con La Página Millonaria sobre este asunto.
-¿Cómo surgió la idea de la donación?
-Esto nació hace unos meses. Sebastián Gordon fue a Salta, donde estuvo recorriendo Cafayate y distintas zonas. Conoció conoció una escuela rural, desamparada en el medio de la nada. Vio las necesidades de un grupo de 14 alumnos y habló con Gaby, la directora. Se interiorizó mucho sobre la situación. Cuando volvió, hablamos y me dijo que les robaron un televisor. Ahí surgió la idea de ayudarlos.
“Se donó de todo: ropa deportiva, tazas personalizadas, artículos personales y de primera necesidad”
-¿Cuáles fueron los pasos a seguir?
-Decidimos ir más allá del televisor y ver qué necesidades tenía la escuela para hacerle una donación surtida. Nos tomamos tres meses para organizarlo y completar una donación más integral.
-¿Qué objetos le consiguieron a la escuela?
-Se donó de todo: artículos de cocina, de librería en español e inglés, cancha de vóley completa, aros de básquet, pelotas de todas las disciplinas, filtros para agua potable porque no tienen. Ademas, a cada chico se le dio una bolsa con su nombre.
-¿Qué objetos pusieron en las bolsas?
-Cada una tenía ropa deportiva: abrigos, pantalones, botines, medias, zapatillas. También artículos personales como cepillos. Además, se les dio una taza personalizada a cada uno con el escudo de la filial, incluyendo a los profesores. Cuando les dimos las bolsas, cantamos para que lo tomaran como un regalito, después comimos y jugamos con ellos. Bajamos la bandera al término de las clases. Todavía deben llegar tres bolsos más. En total son once bolsos de 11 libras (NdeR: casi cinco kilos). También compramos ollas y objetos de cocina acá en Salta.
-¿Hay un vínculo afectivo de ahora en más?
-Tomamos el compromiso de estar presentes en necesidades futuras y estar cerca de ellos porque vimos cómo construyeron a pulmón cada cosita que tienen. Fue una donación palpable que hicimos de principio hasta el final porque les entregamos personalmente las cosas a los chicos.