Detrás de la sonrisa y la amabilidad que lo caracterizan, Emanuel Mammana guarda una historia personal extremadamente difícil. Desde la adolescencia es huérfano. Y semejante circunstancia de la vida hizo que pensara dos veces en suicidarse mientras estaba en River.

"Sentí ganas de largar todo después del fallecimiento de mi viejo, ya había perdido a mi mamá... Pensé en dejar el fútbol, incluso pensé en la locura de suicidarme. Lo quise hacer dos veces", confesó el defensor de 24 años, en una entrevista con Olé.

¿Cómo se levantó? "Fue muy difícil, muy difícil. Fueron dos o tres meses que me costaron muchísimo. Pero, pese al dolor, pude ir saliendo. Y River me ayudó. Me di cuenta de que en casa habían luchado tanto para que yo llegara que no podía tirar todo por esa tristeza. Tenía que cumplir el sueño de mi papá: él quería que llegara a Primera", explicó el zaguero.

Además, el marcador central de Zenit (Rusia) tuvo que hacerse fuerte por el resto de su familia: "Empecé a cuidarme solo, a pesar de que tengo cuatro hermanos más grandes. Crecí de golpe. Hoy sé que las lesiones son fuertes, pero que no tienen comparación con la muerte de un padre o una madre".

Comprometido socialmente, Mammana también ofrece una ayuda en Merlo, provincia de Buenos Aires: "De chico yo no tenía nada. No la pasé bien. Mi papá me enseñó que, cuando uno tiene mucho, debe ayudar a los que menos tienen. A nosotros no nos ayudó nadie. He pasado hambre. A veces iba a entrenar sin comer".

Ante esa situación tan complicada, el defensor dejó zona oeste para instalarse en el club de Núñez durante la etapa de crecimiento. "Llegó un momento en el que tuve que irme a vivir casi tres años a la pensión de River porque en casa no teníamos plata ni para ir a entrenar, ni para comprar alimentos… Por eso gracias a River soy lo que soy", aseguró.