El uruguayo dio un pase gol frente a Sarmiento, en su última presentación, pero está lejos de brindar un nivel satisfactorio y quedó al margen de la lista de concentrados por tercera vez consecutiva.

Su caso merece un análisis aparte. Resulta increíble por donde se lo mire. Pedido hasta el cansancio por Marcelo Gallardo durante principios de 2015, Tabaré Viudez también aportó su insistencia en Turquía para que Kasimpasa lo dejara marcharse. Finalizó sin éxito la gestión durante un mercado de pases, pero luego quedó libre y llegó a un importante acuerdo con River para incorporarse en julio pasado.

Tanta perseverancia del Muñeco halló justificación en Asunción, donde el uruguayo fue habilitado horas antes -Teófilo Gutiérrez tenía que liberar el cupo de extranjeros para que el nuevo atacante fuera anotado en AFA- y terminó entrando de forma inolvidable. Además del excelente pase gol para Lucas Alario, fue muy desequilibrante y le dio a River la inyección anímico-futbolística que requería en un momento complicado de la serie.

Cuatro días después de aquel estreno soñado, Viudez nuevamente la rompió. Conquista propia y otra asistencia frente a Colón. Le daba la razón con creces al DT, quien lo conocía desde su último época como jugador e inicio en la función de entrenador en Nacional de Montevideo. Sin embargo, el charrúa poco a poco empezó a caer en el rendimiento. Lo hizo en pequeños pasos hasta llegar al pobre desempeño actual, sin vuelo suficiente para ser titular o al menos suplente.

A la hora de revisar los números oficiales, el balance de Viudez es interesante en materia de pases gol: 6 asistencias en 28 presentaciones (1.552 minutos), 12 de ellos como titular. Aunque en el rubro de marcar tantos, pese a ser delantero por afuera -su posición original del otro lado del Río de La Plata-, queda ampliamente en el debe: apenas uno, el mencionado a Colón. Pero más allá de las cifras, lo que se refleja en el terreno es intermitente, inadvertido muchas veces.

Si bien es cierto que Tabaré tuvo escasa continuidad en una misma zona, detalle que de ninguna manera se puede omitir, entre lesiones y rendimientos bajos tampoco logró conseguir ese rodaje tan necesario. Ahora el panorama es desalentador. Lleva tres ausencias consecutivas en la lista de concentrados, alejado de cualquier parte médico que justifique su aislamiento futbolístico.

Por lo pronto, Viudez tiene contrato vigente hasta el 30 de junio de 2018. River invirtió mucho dinero en él para comprarle el 70% del pase y hacerle un contrato que no lo hiciera extrañar el sueldo turco. Necesita que el uruguayo halle la motivación que implica vestir el manto sagrado, que haga una rebelión dentro del verde césped, ese lugar que lo llevó a ser tan pedido por Gallardo.

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