La entrada de Mora en reemplazo de Nacho Fernández cambiará el mapa futbolístico de River frente a Temperley. El equipo ganará en dinámica ofensiva, pero perderá buena parte de su cuota en la elaboración.
El equipo de memoria no podrá repetirse. Marcelo Gallardo quedó obligado a realizar una variante por el desgarro que sufrió Ignacio Fernández. Sin el volante todoterreno, Rodrigo Mora tendrá la posibilidad de actuar como titular, aunque en la banda izquierda, seguramente ejerciendo el rol de un extremo.
Mientras Nacho ofrece pase preciso, movilidad por todo el medio campo, lectura de juego e incluso recuperación -tampoco se debe dejar de lado su capacidad para eventualmente hacer un relevo-, el uruguayo modifica de manera inexorable el mapa futbolístico. Es que al ser delantero por naturaleza, tiene el chip de mirar hacia adelante siempre.
Rodrigo, a diferencia del ex-Gimnasia, cuenta con mayor vocación ofensiva y también desequilibrio en el mano a mano, así como capacidad para el desborde. Además, es capaz de acompañar en el retroceso con intensidad y un buen recorrido, cualidad que distingue a un extremo, función que últimamente desarrolló la Pulga.
Entonces, River deberá alterar al menos una parte de su funcionamiento ante Temperley. Aunque la idea continúe siendo la posesión del balón y el avance en bloque para facilitar las opciones de pase y, al mismo tiempo, contar con una recuperación lejos del arco propio, la entrada de Mora aportará una elevada cuota de vértigo por sus características.
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