(Incluye videos) River hizo su estreno en el Monumental como nuevo campeón de la Copa Libertadores, que fue exhibida cuando el equipo salió el campo de juego. Crónica de una tarde noche inolvidable en materia de aliento, pese a la caída 0-1 contra San Martín, de San Juan.
Fue una jornada emotiva. De colección. El Más Grande estuvo de fiesta, la mayor de América, con miles de invitados en los diferentes sectores del estadio Antonio Vespucio Liberti. Hubo desde aplausos para los campeones de 1986 y 1996 hasta una enorme ovación para Marcelo Gallardo (“Muñeeeco, Muñeeeco”), cuando fue mencionado por la voz del estadio. Inmediatamente, a las 17.53, Marcelo Barovero, trofeo en mano, encabezó la aparición del conjunto de Núñez al terreno de juego. Acto seguido sonó un “dale, campeón, dale, campeón”, muy merecido.
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Como si fuera poco, el minuto de silencio previo al inicio alimentó el clima. Luego del respeto masivo, surgió el cantito natural: “Un minuto de silencio para Boca que está muerto”. Un espectáculo. La siguiente melodía fue para publicitar los servicios del Parque Lezama. Una vez iniciado el encuentro, tocó el turno de “River, River yo te quiero, yo te llevo adentro de mi corazón, gracias por esta alegría de salir primero, de salir campeón”. Después hubo espacio para los aplausos para Ramiro Funes Mori en dos acciones, así como a Carlos Sánchez y Matías Kranevitter.
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Norberto Alonso y, en menor medida, Oscar Ruggeri fueron muy aplaudidos al recorrer la platea Belgrano Baja mientras se jugaba el partido. A los 24 minutos de la etapa inicial surgió la ya tradicional “de la mano del Muñeco vamo’ a Japón”, acompañado por algunos cohetes en la Sívori Alta. ¿Más? “Y vamos, vamos, vamos, River Plate, yo te alentaba sin saber porqué y ahora sé, somos campeones otra vez”, seguido por “yo te quiero, River Plate, yo a vos te sigo vos sos mi vida”. En el segundo tiempo, llegó otro hit habitual: “Boronbombón, boronbombón, el que no salta, abandonó”.
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El gol de Facundo Pumpido, decisivo posteriormente, de ninguna manera apagó la fiesta. ¿La reacción? “Vamos, vamos, River Plate, no le falles a tu hinchada” e inmediatamente un “quiero que llegue el domingo, para ver al Millonario”. ¿Qué faltaba? El querido “te sacamos de la Copa, te sacamos otra vez” y, cerca del cierre, un estruendoroso “ooooh, vamos, River Plate”. La despedida, más allá de la inesperada caída frente a San Martín, fue con muchos aplausos y ovación para los jugadores campeones de América en un Monumental vestido de rojo y blanco e incluso con banderas de Japón e hinchas vestidos para la ocasión, al mejor estilo samurai. ¡Preparate, Barcelona!
+ IMPRESIONANTE: Mirá cómo fue despedido el equipo del campo de juego:
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