Marcelo Gallardo lleva casi cuatro años como director técnico de River y aún tiene contrato hasta diciembre del 2021. Ya es una utopía hecha realidad, pero de alcanzar los siete años ininterrumpidos se estará dando un récord en el fútbol argentino. ¿Es posible pensar en el Muñeco como el Ferguson de River?

“Los proyectos a largo plazo no existen en el fútbol argentino”, frase hecha pero real. Los directores técnicos saben que su situación laboral en el país puede pasar de ‘activa’ a ‘desempleado’ de un día para el otro. Ni una victoria en un clásico ni tampoco la consagración en un certamen asegura la permanencia en el puesto. El fútbol argentino es una trituradora donde las victorias son festejadas de manera efímera y las derrotas sentencian la labor de hasta el más exitoso de los entrenadores.

El Muñeco se puso el buzo de DT en el segundo semestre del 2014 y a fuerza de vueltas olímpicas, no dejó espacio para que su cargo se ponga en duda. Ocho títulos, uno por semestre, no hay picadora de carne capaz de comerse a un técnico que no para de engrosar las vitrinas de River. ¿Pero que hubiese pasado si a Gallardo se le escapaba alguna de esas consagraciones, o la Supercopa pasada hubiera ido para el otro lado?

“Ojalá sea el Ferguson de River” dijo Rodolfo D’Onofrio en agosto del 2015. Claro, el multicampeón exentrenador del Manchester United se mantuvo en el cargo durante 27 años. Gallardo aporta al Millonario algo que va más allá de las copas conseguidas. Una visión de desarrollo, crecimiento competitivo y también extradeportivo. Porque no hay que olvidarse que River es un club, sus protagonistas son personas y El Más Grande cumple un rol primordial en la sociedad argentina.

Pero está claro que no estamos preparados para apostar por los proyectos. Un proceso de largo plazo posee inevitablemente momentos malos. Incluso crisis. Es ilógico pensar que todo el tiempo se estará bien, que todos los semestres tendremos algo para festejar. Marcelo nos mal acostumbró. Hay que entender que si se invierte en una ideología y mentalidad de trabajo, se deben afrontar las malas, volver a ser y encausar la idea. No siempre aparecerá un título o una victoria sanadora como pasó con la Supercopa.

La dirigencia actual sabe que pase lo que pase, Gallardo tiene contrato hasta el final de su mandato, pero ¿estamos preparados los hinchas ante un par de resultados en contra consecutivos, como pasó en la previa del Superclásico en Mendoza? Los medios están a la orden del día para poner y sacar nombres, hablar de crisis y desestabilizar un proyecto integral, pero somos nosotros los que tenemos que cambiar el chip y afrontar las épocas de sequía con la sabiduría necesaria para entender que a los proyectos exitosos hay que bancarlos. Y al del Muñeco le sobran pergaminos.