River dejó todo y luchó hasta donde pudo contra un Barcelona que ganó por la jerarquía de sus figuras. Nada para reprocharle a un plantel que llevó al Millonario a ser el subcampeón mundial. Gracias totales.
Se sabía que era ir por una hazaña. Pero River se animó igual. No salió a “perder por poco”, si no que se la bancó, fue al frente e intentó hasta que el árbitro dijo basta.
Barcelona comenzó ganando con un gol ilegítimo por mano de Lionel Messi -a quien antes Marcelo Barovero le sacó una pelota impresionante-, pero luego justificó la victoria, básicamente por la jerarquía de sus individualidades.
La Banda realizó un primer tiempo correcto, con sólo dos desatenciones (las mencionadas anteriormente). Claro, frente a los catalanes el margen de error era ínfimo, por lo que los de Marcelo Gallardo pagaron caras ese par de fallos.
En el complemento, River perdió la pelota y Barcelona no perdonó. Primero amplió la ventaja con un gol de Luis Suárez y luego Messi pudo estirarla aún más, pero malogró dos chances clarísimas.
Sobre los 25 minutos, el delantero uruguayo volvió a gritar y sentenció la historia ante un River que no pudo recuperar jamás el balón y luchó hasta donde pudo contra un rival que lo superó.
Hay que entender la magnitud de esto. River jugó la final del mundo tras 19 años. River es el subcampeón mundial y nadie lo podrá negar. Esto se debe al Muñeco y sus Gladiadores, que cayeron con honor. Nada para reprochar.
+ Un gol ilegítimo de Messi abrió el partido.
+ Fotos: Todo el color de la previa.
+ Video: La salida de los equipos.