Fue un momento extraño. De desahogo. Era el momento de ponerle el punto final a un año indeseado para poner el punto de partida hacia la gloria eterna. Ya pasaron nueve años de la tarde en que River le ganó a Almirante Brown y volvió al lugar que nunca debió haber perdido. Pero sin dudas, esa temporada 2011/2012 sentó las bases de un River que de grande pasó a ser gigante.

El respaldo de los hinchas, cuando otros darían la espalda, fue enorme, incesante, de un lado al otro, poniendo el hombro y acompañando en cada momento y en cada lugar. Los jugadores también tenían gestos que invitaban a encolumnarse. Almeyda aceptó el desafío de colgar los botines y dirigir al equipo en una aventura inédita. Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez fueron los primeros en volver para transformarse en referentes de ese plantel desde el minuto cero. A mitad de campeonato se sumó David Trezeguet, con todo lo que representaba mundialmente, y Leonardo Ponzio, que desde ese momento sigue presente en Núñez.

Lo que algunos ven como una mancha, el hincha de River lo siente como un tatuaje que representa su amor por los colores y la reconstrucción para recuperar el lugar que se perdió por una cadena interminable de errores de quienes condujeron el club en esos años. Y a partir de aquel 23 de junio de 2012, El Más Grande comenzó un nuevo camino donde sembró sus principios históricos y aún hoy sigue cosechando gloria.

 


En estos últimos nueve años, River sumó 14 títulos y se transformó en el equipo argentino más exitoso. Primero de la mano de Ramón Díaz, quien recuperó la costumbre de ser campeón (Torneo Final y Superfinal 2014) y además inició la paternidad sobre Boca entre el triunfo en la Bombonera con el cabezazo de Ramiro Funes Mori el día del famoso "no fue córner" y luego el amistoso en México que ganó por penales. Luego del Pelado llegó Gallardo y la historia está más fresca: siete copas internacionales y otras cinco nacionales.

Pasaron nueve años de la vuelta a Primera y aún seguimos disfrutando de ver a Maidana y Ponzio, dos que las vivieron todas, con la camiseta de River. Los que transmiten ellos es el combustible que llevó a River hasta la gloria eterna y ni así se conforma sino que sigue buscando más y más. Porque así se lo propusieron cuando lo devolvieron a su lugar. Por eso, el reinado aún no terminó sino que promete continuar...