Leonardo Ponzio es el guerrero de las mil batallas. Le tocó vivir malas situaciones en River, tocó el cielo con las manos en Madrid, ganó todo junto con Gallardo y el último obstáculo que superó fue la miocarditis. Después del brote masivo de Covid que hubo en el plantel en el mes de mayo, el León fue uno de los que se contagió y, una vez con el alta médica de la enfermedad, apareció esta secuela cardíaca que lo obligó a perderse toda la pretemporada en Orlando.
El pasado 9 de agosto, los médicos le dieron al mediocampista la excelente noticia de que estaba totalmente recuperado de la miocarditis y que podía volver a los entrenamientos casi a la par de sus compañeros. Y desde entonces, el León está recargando energías, aumentando cargas y poniéndose en contacto con la pelota cada vez más seguido para estar listo cuando Gallardo decida convocarlo nuevamente a un partido oficial.
Los hinchas quieren volver a ver a su capitán en la cancha cuanto antes pero Gallardo no lo apurará y lo llamará cuando lo vea al 100% para la exigencia que requiere un partido de River, además teniendo en cuenta la larga inactividad que arrastra –no juega desde el 17 de mayo-. Si bien se especuló su presencia en Junín, el Muñeco prefirió esperar y las fotos que River subió hoy, con el León jugando un fútbol reducido junto al resto del plantel, ilusionan a la gente con la posibilidad de verlo en el banco de suplentes el domingo frente a Independiente.
Más cerca del retiro
Cada fin de semana que pasa es un partido menos para que Ponzio empiece a despedirse del fútbol profesional y del club en el que es ídolo. Es de público conocimiento que el oriundo de Las Rosas está transitando su último año como jugador de elite y, de no existir un cambio en su cabeza, a fin de año colgará los botines, anhelando que la despedida sea con público en el Monumental y con un último título bajo el brazo.