El Millonario ganó, gustó y goleó en el Monumental, donde se impuso 5-1 sobre Quilmes e hizo delirar de felicidad a sus hinchas. Un debut perfecto para el equipo de Gallardo.
Éste es el famoso River. Un conjunto voraz, agresivo, insaciable. Quilmes lo padeció. A través de un rendimiento que fue de menor a mayor, aplastó a su rival. Si bien es cierto que abrió la cuenta mediante un penal que Rodrigo Mora tuvo que ejecutar dos veces a raíz del adelantamiento inicial de Walter Benítez, luego estiró la diferencia como si se tratara de un chicle. Más allá de que el Cervecero consiguió la paridad en una acción aprovechada por Sebastián “Chirola” Romero, tras un rebote en Jonatan Maidana, Gonzalo Martínez desniveló antes de irse al descanso gracias a un zurdazo espectacular desde afuera.
La tarea del primer tiempo fue muy buena. Tal vez no se vio reflejada en cantidad de situaciones de gol, pero River reunió aspectos colectivos muy interesantes. Salida limpia con Nicolás Domingo metiéndose entre los centrales (Leonardo Ponzio ocupó la zaga desde los seis minutos por la lesión de Eder Álvarez Balanta) para que los laterales se sumaran al medio y el equipo lograra superioridad numérica. El 4-1-3-2 causó que varias sociedades. Nicolás Bertolo exhibió compromiso y participación, mientras que el Pity, autor del 3-1 cuando nacía la segunda parte, luego de una asistencia del ex-Banfield, generó inquietudes al fondo rival. Ignacio Fernández, responsable del pase a Mora en el 4-1, también extendió su nivel de los torneos de verano.
En el complemento no hubo equivalencias. Además de los goles mencionados, River doblegó en todos los sectores del campo a Quilmes. Martínez provocó la expulsión de Rodrigo Braña y, a partir de ahí, fue baile. El Millonario, que durante buena parte de la etapa inicial paró a todo el equipo -excepto logicamente por Barovero-, asentó definitivamente esa búsqueda hambrienta con un hombre más, al punto de que Domingo llegó a ser un eje en zona de enganche por momentos. Lucas Alario tuvo su premio goleador con el 5-1 y la gente disfrutó a puro “oooleee”.
River ganó, gustó y goleó. Desplegó un fútbol tan efectivo como vistoso. No perdonó a su adversario, comenzó como líder de su zona por diferencia de gol e ilusiona a sus hinchas, quienes terminaron con las palmas rojas por tantos aplausos. La siguiente presentación será el domingo que viene, desde las 21, ante Belgrano. En Córdoba, frente a un conjunto siempre complicado, habrá otra oportunidad de ratificar futbolísticamente lo hecho durante la tarde noche de hoy.
+ Golazo clave de Pity Martínez: