(Especial desde Santa Fe) Más de 22 meses tuvieron que pasar para que River volviera a ganar un partido oficial en el Interior. Y qué manera de romper el maleficio y festejarlo. Uno a cero abajo, con todo en contra, sin su capitán, guerrero y símbolo en la cancha, pero empujado por una multitud que recorrió más de 450 kilómetros para apoyarlo, River fue para adelante y lo dio vuelta. A base de triunfos, se va alejando de la zona de Promoción.
Desde aquel recordado gol de Fabbiani a Rosario Central -2 a 1 en Arroyito por el Clausura 2009- que el Millonario no podía romper el maleficio de ganar como visitante en el Interior del país. El escenario era complicado, Colón siempre es difícil y se hace fuerte en su cancha. Pero nada de eso le importó a la banda que acompañó a River a Santa Fe. Popular al mango, trapos cruzándola de arriba a abajo y un aliento que no decayó ni cuando River estuvo en desventaja.
El partido fue parejo, de ida y vuelta, con errores defensivos e imprecisiones en ataque en ambos equipos. River tuvo muchas chances en el primer tiempo pero el que se fue 1-0 arriba fue Colón. Dolía y mucho, porque River no merecía perder, porque Pompei había hecho la vista gorda en un clarito penal de Pozo a Lamela y le dolía a Carrizo que perdía su vaya invicta.
En el segundo tiempo, Jota Jota se animó a lo que su antecesor, Cappa, parecía no animarse a hacer: sacar a Ortega en el entretiempo cuando el Burro no rendía. Funes Mori entró en su lugar y es cierto que no sobresalió, pero le aportó mayor peso ofensivo a River y se vio a Lamela más suelto, con más libertad para moverse con la pelota y sentirse el dueño, sin la obligación de la descarga rápida con Ortega. Y a los 10 del segundo tiempo apareció esa jugada de otro partido en la que intervinieron Acevedo, Pavone y Lamela con su exquisita definición. Pero River no se relajó, Acevedo se puso la vincha de Almeyda y en su honor se transformó en un león en el mediocampo. River lo aguantó y, cuando Colón no tenía más aire y el partido se moría, Pavone aguantó y peleó un pelotazo de Carrizo, Lanzini aprovechó el rebote, se escurrió en el área y metió el centro atrás para que el Tanque cerrara la noche.
El festejo fue el de un equipo unido, que ganó otra durísima batalla. Y todos, absolutamente todos los jugadores juntos se fueron con los brazos en alto para regalarle esta alegría a su hinchada, ésa que lo sigue adonde va y que rompe todos los records de recaudaciones. Y en la tribuna, el festejo dio rienda suelta y la multitud explotó en un grito tan genuino -como impensado en la historia de River-: “La Promoción, la Promoción se va a la puta lo que parió”.
Imagen: La Página Millonaria / Especial desde Santa Fe.



