(Salta – Enviado especial) Cayó por 2-1 ante Racing, a quien le alcanzó con dos zapatazos inesperados y la floja actuación de Navarro para marcar la diferencia. El equipo de Astrada, pesea que jugó con uncombinado de suplentes y juveniles, volvió a denotar una preocupanteincapacidad ofensiva. A tal punto queBarrado fue el jugador que más peligro generó en el área rival. Sobre el final, debutó el paraguayo Rojas.
Los partidos de verano son la clase de encuentros que deberían entusiasmar al hincha de cara al semestre que inicia, pero desde hace tiempo que la gente de River no puede darse semejante gusto, y anoche, luego de la derrotacontra La Academiaen Salta, laparcialidad millonaria volvió a sentir más preocupación que esperanza. Si biense trató del primer partido del año, de 90 minutos en medio de una pretemporada nutrida en esfuerzo físico yde un equipo alternativo, el conjunto dirigido por Leonardo Astrada no hizo más que plasmar en el campo del Martearena todo lo que el Mundo River entiende:este plantel carece de peso ofensivo, no tiene delanteros.
No los hay entre los titulares, pero tampoco entre los suplentes o los juveniles.La prueba de ello estuvo en las pocas situaciones de gol que generóLa Banda y en lo mucho que le costó revertir un resultado ante un rivalmás opaco que River mismo. Es que Racingprácticamentese llevóla victoria gracias a dos goles increíbles: a los 9 del primer tiempo, Mercado sacó un centro desde la derecha que se coló por detrás de Navarro y, con unpoco de suerte y otrotanto de responsabilidad del arquero, marcó el 1-0 inesperado.
Barrado logró igualar a los 18 y merecidamente, porque River manejaba el control de la pelota, pese a que casi no peligraba sobre el arco rival. Mediante una pared con Villagra por la banda derecha,el volante millonario selló la igualdad parcial, aunque por poco tiempo. Porque a los 32, otro sorpresivo remate dejó a Navarropagando: Juan Carlos Falcón sacó un tiro potente desde afuera del área y el arquero de La Banda nopudo hacermás que verla pasar. Golazo para sellar el 2-1 que, aún con más de 45 minutos de juego por delante, significaría el resultadofinal.
Principalmente, porque River en el segundo tiempo no generó ninguna jugada. No apareció Mauro Díaz ni mucho menos Bou, Ríos o Antonio, que ingresó sobre el final. Tampoco el paraguayo Rojas o el Burrito Ortega lograron cambiarle la cara al equipo. Apenas otro remate desde afuera por parte de Barrado, lo másactivo del equipo junto a Orban, logró inquietar al arquero rival. Pero sólo apenasy no hubo más que eso.Así se vio reflejado en el marcador y en lasiempre renovadapreocupación del hincha.
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Imagen: La Página Millonaria en Salta
