No es fácil encontrar falencias en los equipos tan maravillosos y aceitados que ha conformado Marcelo Gallardo a lo largo de los seis años y medio que lleva como DT de River, pero existe un lunar que viene siendo literalmente un dolor de cabeza en los últimos tiempos: la pelota parada en contra.

Si bien el Muñeco explicó varias veces en los micrófonos que es un aspecto que él no considera tan determinante porque suelen sufrirlo todos los equipos, la realidad marca que a River le cuesta mucho neutralizar este aspecto del juego, y no solo sufre con goles en contra sino con situaciones muy claras de gol generadas por el rival mediante esta vía en casi todos los partidos.

Anoche frente a Banfield, el Más Grande sufrió su quinto gol en contra por intermedio de la pelota parada en el 2020. Al que hizo Galoppo este martes se le suman uno de San Pablo en Brasil, uno de Unión en Santa Fe, uno de Liga de Quito en Ecuador, y uno de Atlético Tucumán, ni más ni menos que en la última fecha de la Superliga pasada donde se escapó el campeonato local. Y a lo largo del Muñeco son 42 en total por esta vía, sobre 266 recibidos en los 300 partidos oficiales que lleva el entrenador.

Y si bien Gallardo ha intentado modificar en los últimos tiempos la manera de neutralizar este déficit, variando entre marca zonal y persecución individual, la conjunción entre las distracciones de los futbolistas propios y también el mérito de la buena pegada de los rivales provocaron un combo explosivo que a River le costó muchos puntos importantes. ¿Habrá un nuevo ajuste estratégico por parte del DT para encontrarle la vuelta al problema?