(Barcelona – España) En la tierra del “torneo más importante del mundo”, y su primo lejano, la Europa League, la barrera horaria hace que los locales no entiendan porque el verdadero Rey se llama Copa, apellido Libertadores.
Tenía una nota hermosa para hoy. La escribí alrededor de las 2 de la tarde, después de dos termos de mate de investigación concreta sobre no menos de 3 temas completamente ajenos al fútbol. Y todo encajaba.
Lo único que necesitaba era que River metiera un gol. Solo eso. Ni siquiera que gane. O que salten 2 metros para empalmarla como Cristiano Ronaldo. Un gol te pido, con un gol ahora estaríamos leyendo, quizás, una de mis mejores notas hasta el momento.
Pero no. Esta vez no pudo ser. “El tiempo dirá si este punto es bueno o malo” dice Closs. Latorre había dicho algo sobre las buenas intenciones truncadas por el desgaste y la falta de energía. Bueno, así me siento. Fue un día largo, que empezó temprano. Involucró la tortura medieval que mantenemos hasta el siglo XXI llamada dentista y la barrita de energía ya estaba en rojo cuando empezó el partido, a eso de las 12.15 AM de este viernes catalán.
Ahora, levante la mano el que piense que la Champions League es mejor que la Copa Libertadores. Vos, vos, si, vos también, dejen de leer. No, en serio. Vayan a buscar la palabra de Julio Maldonado, averigüen si el Barcelona de Valverde entrena esto de hacer que los equipos rivales metan goles en contra. Vayan a llenarse la boca diciendo que lo siguen a Salah desde el Basel (no mientan) y que la llave entre Liverpool y City no está cerrada (lo está) porque Guardiola es el mejor entrenador de Europa (lo fue).
Los que quedaron acá, hola de nuevo. Decime que no te encanta esta Copa de calendario cada vez más ridículo. Un partido en Febrero, EL SIGUIENTE EN ABRIL. Debutar en una cancha vacía porque el rival fue a apretar al plantel de Independiente en otra Copa que nada que ver. Enfrente nuestro no está De Bruyne, no está Ter Stegen. Hay un arquero que tiene 39 años, tuvo un breve paso por Argentina, sigue jugando y ganó dos torneos internacionales en la época que el Bocha Pérez jugaba para Santa Fé. Después hay otros 5 colombianos genéricos que alternan apellidos según el partido (Mosquera, Angulo, Tesillo, algún Braian).
Es el segundo partido del grupo pero nuestro técnico manda dos cambios a la cancha al minuto 10 del segundo tiempo porque lo tenemos que ganar . Intenso. Parece un partido de cuartos de final y resulta que es la fecha 2 del grupo clasificatorio. En el medio, vamos a tener que jugar contra Emelec por décima vez en 3 años y capaz en Octavos te sale un Libertad de Paraguay, que es más cantado que “River mi buen amigo”. La Copa que no tiene calendario definido, reglas difusas, coeficientes inexistentes. Sus equipos oscilan entre planteles millonarios y un quién es quién de jugadores que pensabamos retirados o, directamente, desaparecidos de la faz de la tierra. El himno de la alegría.
Podríamos estar hablando de los primeros 3 puntos de River, de local, en la Copa. De la primera victoria en el camino a la cuarta. Pero la pelotita no entró. El fútbol no se esclareció, a pesar de los chispazos de Juanfer. El cero no se movió. Podríamos estar leyendo una nota digna de un papel científico premiado en Ginebra. Pero no hubo ni un gol. Les pido disculpas de antemano, archivo la nota, ya va a venir al caso. Y mientras me voy a dormir antes de que se me pase el efecto de la anestesia, dejo un ruego: SAQUEN ESAS REDES DESINFLADAS DE NUESTROS ARCOS.
+ FIXTURE: estos son los próximos rivales de River en la Copa
+ POSICIONES: así está el Grupo 4
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