Ante la falta de oportunidad o al ver que hay superpoblación de jugadores en ciertos puestos, Gallardo siempre deja ir a algunos futbolistas a préstamo en cada mercado de pases. Algunos son cedidos tres o cuatro veces con la esperanza de que encuentren regularidad y otros, con una o dos cesiones, no vuelven a tener chances en el Más Grande y terminan yéndose con el pase en su poder para continuar su carrera en otro club argentino o directamente en otro país.

Algo así le pasó a Matías Moya, habilidoso volante ofensivo que fue promovido al plantel profesional del Millonario en 2016 con solo 18 años y que llegó a jugar algunos partidos bajo el mando del Muñeco. Hoy se desempeña en Ñublense de Chile, donde está asentado y con muy buenos registros en el último tiempo. Pero rebobinemos un poco...

Moya apenas tenía un puñado de partidos en Reserva en 2016, cuando Gallardo decidió utilizarlo dentro de un equipo alternativo porque River estaba a días de jugar la final de la Copa Argentina contra Rosario Central en Córdoba. Se convirtió en el juvenil número 16 en debutar con el Míster, cuando hizo su estreno jugando como titular ante Independiente en diciembre de 2016. El día que River presentó un equipo alternativo y con la camiseta verde en homenaje a la tragedia de Chapecoense (derrota 1-0).

Después de eso, se subió al avión rumbo a la pretemporada en Estados Unidos y en febrero firmó su primer contrato hasta junio de 2020. Durante 2017 siguió jugando en Reserva y el Muñeco lo necesitó nuevamente en dos partidos con equipos suplentes: 55' contra San Martín de SJ (4-1) y 2' contra Talleres (0-4). La ecuación en 2018 no cambió: jugó varios partidos en Reserva y a fines de ese año cumpliría uno de sus sueños.

Con River a punto de viajar a Madrid para la final de la Libertadores frente a Boca, el entrenador tuvo que parar una formación alternativa por el campeonato local frente a Gimnasia. Triunfo 3-1 en el Monumental con camiseta violeta y primer gol para Matías Moya con el manto sagrado en su cuarto partido oficial. Lamentablemente, después de eso tuvo que decir adiós: no fue a la pretemporada del verano de 2019 en Uruguay y firmó a préstamo por un año en el Banfield que dirigía Hernán Crespo.

Allí jugó poco y no destacó: 10 encuentros, todos ingresando desde el banco, y sin convertir goles. Regresó a Nuñez en junio de 2020 (se terminó quedando seis meses más de lo pactado en Banfield y, como suele pasar con los que se van a préstamo, no fue tenido en cuenta por Gallardo. Empezó a entrenarse de forma apartada con otros futbolistas y recién en marzo de 2021, ocho meses después de volver, terminó destrabando su salida.

En un primer momento se creyó que se había ido cedido nuevamente, pero al final rescindió su vínculo con el Millo, dejándole un 10% de sus derechos económicos para una futura venta, y firmó con Ñublense de Chile, donde se desempeña hasta el día de hoy. Lleva disputados 47 partidos (siete goles y tres asistencias) en el elenco que milita en la máxima categoría del fútbol chileno, jugando casi siempre como extremo izquierdo.

Es titular indiscutido y algunos hinchas se animan a pedirlo para la Selección de Chile (su padre es chileno y él tiene la doble nacionalidad). El oriundo de la provincia de Neuquén encontró en Ñublense su lugar en el mundo y esperemos que su carrera continúe en pleno ascenso.