(Incluye video) Con su acento cordobés y un peinado inconfundible, el Hachita hizo su paso por River. El apodo lo heredó por ser el hijo del “Hacha” Luis Ludueña, quien brilló en Talleres de Córdoba, en la década del 70. Habilidoso como su padre, Daniel siempre ofreció gambetas cortas y toques precisos cada vez que le tocó entrar como enganche, volante por la derecha, por la izquierda o media punta. Siempre insinuó ser un jugador distinto y con pasta de crack, pero nunca llegó a demostrarlo. O por lo menos en River.
Con apenas 18 años, Ludueña debutó en Primera de la mano de Américo Rubén Gallego el 11 de febrero de 2001, en la victoria ante Estudiantes por 6 a 2. Tras un puñado de partidos, el “Hachita” regresó a la Reserva. Pasó Ramón Díaz por el club y luego llegó Manuel Pellegrini, quien comenzó a darle mayor espacio al cordobés. “Manuel me dio continuidad y mucha confianza, algo que me estaba faltando para demostrar totalmente mis condiciones”, reconocía Ludueña tiempo atrás.
De todas formas, el “Hachita” nunca fue titular indiscutido, ni con el chileno ni luego con Leonardo Astrada. Esto llevo a que su padre llegase a declarar: “Mi hijo no juega en River porque es negro”. Lo cierto fue que jugadores como Ortega, Gallardo, Montenegro o D’Alessandro impedían que Ludueña explote sus condiciones. A fines de 2004, ya con 40 partidos en el Millonario y los torneos Clausura 2003 y 2004 en su palmarés, River lo cedió a préstamo a la Universidad Autónoma de Guadalajara, mayormente conocida como Los Tecos. Debutó e hizo el gol de la victoria frente a Los Pumas de la UNAM y, desde allí, se transformó en figura y alma de un equipo que había comenzado el año pensando en el descenso y terminó jugando las semifinales.

Sin lugar a dudas, Ludueña había comenzado a florecer todo su juego. Dos temporadas más tarde, en noviembre de 2006, Santos Laguna no dudo en pagarle un millón y medio de dólares a River por el pase del “Hachita”. Fue en su nuevo club que se convirtió en uno de los mejores jugadores del campeonato mexicano, a tal punto que en la actualidad los pedidos por su nacionalización azteca son moneda corriente.
Ludueña llevó al Laguna a su tercer título en la historia. Si algo le faltaba al argentino para convertirse en ídolo era convertir promesa en realidad. En la final frente al Cruz Azul, el “Hachita” hizo el gol del campeonato.
Hoy, ya conocido como “San Ludueña” y luego de rechazar distintas ofertas, sigue jugando en Santos Laguna. “Se hablaba que iba a Tigres, se hablaron muchas cosas, sabía del interés y, bueno, la directiva pensó que lo mejor era que me quedara y estoy contento por eso, quiero cumplir mi contrato hasta 2010”, aseguró el ex mediocampista de River.
Uno de sus goles en México
Imagen: Fotobaires.




