El “Pipita” cada día canta mejor en el área. Su triplete frente a Corea del Sur empardó el record de Stábile y Batistuta (dos veces) de lograr tres goles en la Selección en un partido y el único que logró dos de cabeza. Con estas conquistas se encamina como serio aspirante a convertirse en el máximo artillero del Mundial. Esta vez, afinó bien las cuerdas y cantó los goles que se le venían negando como el inolvidable “zorzal criollo”.
Si bien nació en Brest, Francia en 1987, su “Buenos Aires Querido” fue su patria elegida al igual que lo fue para la máxima voz del tango. Pipita tuvo una carrera fulgurante. Es uno de esos jugadores que rompen el molde. Si se tiene en cuenta las características de su padre, el “rudo” zaguero que jugó en Boca y en River, uno se pregunta. ¿A quién salió? En 2006, luego de los dos golazos a Boca en el Superclásico jugado en el Monumental, el Kaiser manifestó: Estamos en presencia de un futuro crack. Ya se perfilaba como un 9 completo aunque algunos equivocadamente lo quisieron comparar con Batistuta.
Higuaín tiene otras características. Supo desarrollar una técnica extraña para los jugadores que ocupan su posición en el campo. Una suerte de Francescoli, con un toque de menor talento y mayor potencia física. Sale muy bien del área para conectarse con los volantes, tiene un excelente control de la pelota, maneja los dos perfiles, no es egoísta y cabecea bien. Cada uno de sus goles tiene un sello distintivo, busca la ratonera de los arcos o los ángulos altos, allí donde los arqueros sufren. En la última temporada del Madrid, tenía adelante suyo a Raúl, el goleador histórico de los merengues, el holandés Ruud van Nistelrooy un especialista y consagrado en su puesto, Benzema la estrella francesa del gol y por si eso fuera poco, el portugués Ronaldo, balón de oro de la temporada 2008/2009.
Parecía que no iba a tener lugar, sin embargo, a fuerza de goles fue conquistando a la afición madridista. Fue Pichichi del equipo y hoy el nuevo técnico Mourinho lo considera indispensable para lograr la Liga de la que parece haberse adueñado el Barcelona. Hay ofertas del Manchester, del Inter y de muchos equipos poderosos que sueñan con tenerlo en sus filas. Sin embargo, va a resultar complejo modificarle el paladar a quienes degustan de la exquisitez de sus definiciones. Nació en Francia, pero es argentino. Tan argentino como Di stefano, el otro Gardel del Madrid y como el tango. Junto a Milito, Tevez, el Kun, y por supuesto, Messi, Maradona tiene el lindo “problema” de la superabundancia de cracks. Arrancó contra Nigeria, con el Pipita de punta como titular. Estuvo con la pólvora mojada. Diego insistió y Gonzalo hizo los deberes como correspondían. Pagó a lo crack. Esa perla, que los hinchas de River pudieron disfrutar tan poco tiempo. Y hoy parece que los hechos parecen darle la razón.
Como si alguno de sus asesores le hubiera soplado al oído. ¿Querés goles? Vos fumá, pero en “Pipa”. Y Diego le hizo caso. Confió en ese “bandoneón arrabalero” que anda dejando mudas a las vuvuzuelas. Como “Leguizamo solo”, gritan “pipita” desde la popular. ¡Vamos pipita viejo y peludo!
El 24 de junio se están cumpliendo 75 años de la partida del Morocho del Abasto, el otro franchute de Toulouse que nos quieren robar. El Gardel del gol se queda con nosotros y sino hay “cuesta abajo” hasta el disco no paramos. Ese día que tanto esperamos desde hace 14 años. Pipita se ha convertido carta brava para alcanzar el objetivo. Y si se da, “la rosa que engalana se vestirá de fiesta con su mejor color”. Argentina será rayo misterioso, luciérnaga curiosa y Pipita, Pipita será Gardel.
