El juvenil confirmó su gran momento exponiendo una actuación formidable en la Bombonera. Fue eje en el mediocampo, aportó en la recuperación, conectó líneas y manejó la pelota con criterio. Ilusiona.
Poco a poco, Exequiel Palacios se fue ganando un lugar en la consideración de Marcelo Gallardo y consolidando en el equipo titular de River. De hecho, sus grandes actuaciones le valieron una merecida convocatoria a la Selección Argentina.
Y, este domingo, el juvenil tucumano sacó a relucir todo su potencial. Fue, nada más ni nada menos, que en la Bombonera, en una nueva edición del Superclásico que culminó con festejo de River como visitante. Una vez más.
De principio a fin, Palacios se transformó en una pieza fundamental en la idea que el entrenador preparó para quedarse con los tres puntos en rodeo ajeno. Un bastión en el mediocampo que aportó en todas las facetas del juego.
El volante fue eje en la mitad de la cancha. Fue solidario con Leonardo Ponzio, aportó en la recuperación, conectó líneas con mucho criterio y se desprendió del esférico de manera acertada. Un abanico de recursos realmente importante.
Como consecuencia, y, a pesar de que no tuvo influencia directa en los goles de River, Palacios mantuvo una regularidad notable y fue construyendo una actuación para el recuerdo que lo transformó en la figura del equipo.
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