Pablo César Solari no sólo es portador de un nombre y un apellido ilustre para la historia de River. A partir de ahora, también tendrá el mandato de defender el Manto Sagrado que soñó desde muy chico. El extremo de 21 años llega proveniente de Colo Colo con el desafío de jugar por primera vez de manera profesional en el fútbol argentino –en Talleres no llegó a debutar oficialmente-, pero además lo hará en el club de sus amores, con ese lazo afectivo que tienen sólo los privilegiados.

Este martes al mediodía llegó el turno de presentar a los refuerzos en el River Camp y Solari reveló detalles de cómo se enteró que iba a jugar en el club de Núñez: “Estaba almorzando con mi novia cuando recibí el llamado. Fue muy emocionante por todo lo que vengo trabajando. Que se me dé este paso en mi carrera es una emoción muy fuerte. Se me cateron las lágrimas por el parecio que le tengo al club y todo lo que significa”, expresó la flamante incorporación del Más Grande.

Consultado por sus primeras sensaciones como jugador de River, Pablo César reconoció: “Estoy hace pocos días pero lo estoy disfrutando al máximo. Es algo que soñé desde chiquitito y poder conseguirlo con mi familia es un orgullo gigante. Me imagino lo que va a ser entrar al Monumental y se me llenan los ojos de lágrimas por lo que significa el club para mí. Jugar en River es todo, le tengo un aprecio muy grande a este club, porque mi papá me inculcó eso”, remarcó.

Para finalizar, destacó cuáles son las diferencias que notó en sus primeras prácticas con respecto a Colo Colo: “Se vía de afuera que es muy intenso todo, por algo le fue como le fue a River. Cambia mucho, lo viví en estos dos días de entrenamiento con el grupo y es todo muy intenso”, cerró Solari. El protagonista de un sueño hecho realidad.