Marcelo Gallardo demostró una vez más que vive el fútbol apasionadamente sin importar el contexto. En un encuentro donde River se jugaba poco por ser campeón de la Liga Profesional hace tres fechas, al Muñeco se lo vio muy intenso y tuvo dos grandes enojos durante el partido: un reto a Agustín Palavecino y una queja con el árbitro Hernán Mastrángelo

El ídolo riverplatense eligió una formación alternativa para comenzar el compromiso en Tucumán, pero eso no significó que haya visto el partido relajado. Estuvo metido desde el primer minuto y se lo notó ofuscado con el flojo primer tiempo del equipo. En el complemento tuvo que recurrir a los titulares y tras el empate lo vivió con mayor tranquilidad

A los 19 minutos de la primera etapa se dio una situación poco inusual: Gallardo entró al campo de juego para calmar a Palavecino. El volante de River fue fuerte contra Marcelo Ortíz y Renzo Tesuri, pero se quedó discutiendo porque consideró que los jugadores de Atlético Tucumán estaban exagerando. Antes que la gresca pase a mayores, el DT intercedió para poner paños fríos a su futbolista. 

Sobre el final del encuentro, Napoleón volvió a dejar claras sus ganas de llevarse los tres puntos porque se quejó con  Mastrángelo por los cuatro minutos que adicionó. El técnico consideró que fueron pocos y, no sólo se lo dijo al cuarto árbitro, sino que una vez finalizado el encuentro fue hasta la mitad de la cancha para decírselo al juez principal.