Lloran las rosas

Fiel a su costumbre, el Mellizo busco embarrar la cancha en la previa del Superclásico: cuestionó a Diego Abal, juez del partido, por el penal otorgado en el partido contra Estudiantes.

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Guillermo Barros Schelotto fue un gran jugador, no vamos a ser tan necios como para no reconocerlo. Un delantero picante, veloz, habilidoso. Pero si algo caracterizó al Mellizo en su época de futbolista fue esa picardía que tenía para sacar pequeñas ventajas, más allá de sus capacidades con la pelota. Y como técnico la mantiene.

A dos días del Super, el DT de Boca marcó la cancha. Abrió el paraguas y con unas palabras, para nada improvisadas, condicionó al árbitro del partido, Diego Abal: “Está capacitado, tiene mucha experiencia. Ojalá tenga un buen partido. Al hablar de los árbitros siempre se dice que lo mejor es que pasen desapercibidos. Nosotros lo que queremos es que sea cuidadoso. Estaremos atentos a lo que haga, a que nos cuide a los jugadores, más que nada después del penal que cobró en Estudiantes – River”.

La jugada a la que se refirió Guillermo es la del penal de Desábato a Mayada en el partido contra el Pincha de la fecha 9. Una acción que, nobleza obliga, dejó tela para cortar.

Lo que sorprende es que el Mellizo, quien parece tener tanta memoria, se haya “olvidado” de lo que pasó entre Boca y Atlético Tucumán en la séptima fecha. En aquel encuentro, el mismo Abal al que ahora condiciona le anuló dos goles a los tucumanos por supuestos offsides que no eran. Al Muñeco nadie lo escuchó decir una palabra sobre esto. Somos distintos.

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