(Incluye video) Si bien consideró que primero debe asentarse como entrenador, el exdefensor del Más Grande aseguró que tiene dos metas por cumplir en su carrera: ser técnico del Millonario y de Atlas, de Guadalajara.
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Pablo Lavallén está desarrollando su primera experiencia al mando de un equipo de Primera División: San Martín, de San Juan. Pero antes, el hombre de 44 años tuvo un paso por Núñez. Primero como jugador -ganó tres títulos locales y la Copa Libertadores 1996- y luego como director técnico de las Inferiores, donde se consagró con la Séptima y Octava División hace pocos años.
El entrenador habló en los micrófonos de La Página Millonaria Radio, programa emitido por Radio y Punto, y reveló por qué se inició en esta nueva profesión: “Mi paso por el fútbol mexicano tuvo que ver. Esa escuela por parte de mis entrenadores en México me picó ese bichito de querer poder enseñar. El fútbol mexicano es distinto al fútbol argentino. A mediados de los ’90 no había tenido una experiencia de ese estilo de fútbol. Eso me hizo querer ser hoy entrenador”.
Si uno tiene que ponerse metas o sueños, hay dos equipos que me han marcado: uno es River; y el otro Atlas
A su vez, Lavallén remarcó que si bien prefiere ir paso a paso, tiene dos metas a futuro: “Lógicamente estoy enfocado en consolidarme como entrenador. Recién llevo ocho meses en Primera División. Ha sido muy grato mi presente hasta el momento. Estoy muy cómodo aquí en San Juan. Tengo un gran trato con los jugadores. Uno aspira a seguir creciendo. Si uno tiene que ponerse metas o sueños, hay dos equipos que me han marcado: uno es River, que desde los seis años hasta los 23 terminé de jugar cinco años en la Primera División me formaron como persona y el otro es Atlas, de Guadalajara, un equipo en donde jugué casi seis años en la Primera”.
“Son dos sueños que quizás en algún momento la vida me ponga por delante, pero no busco desesperadamente alcanzarlos. Busco seguir creciendo y Dios dirá cuándo será el momento de dar el siguiente paso. Quizás algún día la vida nos permita poder realizar este sueño que tengo yo para poder dirigir esos dos equipos que son los que más quiero”, añadió.
¿A qué jugadores de las Inferiores del Más Grande tienen que seguir de cerca los hinchas? “Hoy están casi todos al borde de Primera. Los cinco años que dirigí en River, tres años dirigí la categoría ’98, en las cuales están Olivera, Exequiel Palacios, Franco López, Petroli, Sibille, hay muchos chicos. Ha sido una gran categoría. La Octava salió campeona invicta y mantuvo ese invicto durante un año y medio, 42 fechas. Era una gran categoría y muchos de ellos tendrán la posibilidad de tocar la Primera y dependerá de ellos consolidarse. Es una categoría que ha sido de las camadas, como la ’92 de Lamela, Keko Villalva, Cirigliano, que aporta muchos jugadores a la Primera”, señaló Lavallén.
Pablo tiene a su hijo Federico Lavallén en la Cuarta División de La Banda. ¿Alguna vez tuvo la oportunidad de dirigirlo? “Justamente, cuando me toca entrar a River en Inferiores, el técnico que salió era el de la categoría de mi hijo. Tuve una charla con el coordinador de ese entonces y le pedí no tener que dirigirlo por una cuestión de principios. Uno estas cosas las tiene que llevar con mucho cuidado. Si mi hijo tiene la oportunidad de debutar en Primera en algún club, y me tocara dirigirlo, no tendría ningún problema. No lo pediría para mi equipo salvo que sea un jugador destacado y que sea un jugador pretendido por muchos equipos. Me parece una cuestión de ética poner un poco de distancia para evitar suspicacia, que en el fútbol argentino abunda demasiado”, contó.
Federico, más allá de ser fanático de River, tiene su corazón en Atlas
Teniendo en cuenta que Federico manifestó hace unos días, a través de las redes sociales, su deseo de ir al fútbol mexicano, el DT opinó que no debe desesperarse e ir poco a poco para poder pegar el salto: “Federico nació en Guadalajara y yo estoy muy identificado con la gente de ese país. Los chicos son muy ansiosos y está en una edad en la que empieza a definir su futuro y donde se hace cada vez más angosto ese embudo. Sé lo difícil que es jugar en la Primera de River y la cantidad de chicos que se quedan en el camino. Federico, más allá de ser fanático de River, tiene su corazón en Atlas porque fue el club en donde mientras yo estaba jugando él nació y vivió durante casi 9 años. Así como me pasa a mí de querer dirigir esos equipos, a él jugar tanto en River como en Atlas debe ser uno de sus sueños”.
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