Gallardo se la jugó por mantener las dos líneas de cuatro y acompañar a Scocco con Borré, pero los delanteros no estuvieron finos y la ineficacia fue lo que marcó la diferencia en el resultado.
No hay una frase mágica que puead disimular el dolor y la bronca después del 0-3 que parece dejar a River con un pie y medio fuera de la Copa Libertadores.
El Millonario falló en todas las líneas y, esta vez, el planteo táctico de Marcelo Gallardo no fue acertado. Ojo, estas líneas no tratan de caerle al Muñeco o a los jugadores en particular, sino de analizar por qué se vio lo que se vio.
El entrenador apostó por un 4-4-2, dejando a Ariel Rojas y Carlos Auzqui en el banco de suplentes. Rafael Borré tuvo la chance de ser titular junto a Ignacio Scocco. ¿El objetivo? Buscar el gol de la tranquilidad.
Pero la idea salió al revés, porque fue Jorge Wilstermann el que marcó en el inicio y comenzó a desdibujar el plan de Gallardo. El equipo debió adelantarse y dejar muchos espacios atrás.
Encima, tanto Scocco como Borré estuvieron muy poco finos. El colombiano no pudo desnivelar y el ex-Newell’s falló tres ocasiones, dos de ellas clarísimas, para al menos maquillar el resultado.
El Muñeco no tocó demasiado el dibujo, sólo realizó un cambio -Auzqui por Borré- y dejó a Rojas todo el partido en el banco.
+ PUNTAJES: Jugador x Jugador.
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