En diciembre del 2015 Shun se topó con un grupo de hinchas de River en Osaka y le puso pausa al retorno a su casa luego del trabajo, para ayudarlos a encontrar su alojamiento. Ahí descubrió el fanatismo por el Millonario y jamás lo soltó. Una historia de amor por El Más Grande desde el otro lado del mundo que incluye canciones en otro idioma, sufrimiento, gritos de gol y hasta fernet y cumbia. Pasen y vean.
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Todo hincha de River que tuvo la suerte de estar en Japón para el Mundial de Clubes 2015, volvió con miles de historias relacionadas a la invasión riverplatense al país asiático, la locura de los hinchas que enamoró a los japoneses y que dio la vuelta al mundo. Pero la historia escrita por ‘los chicos de Torcuato’ sumó un capítulo más, pero en nuestro país.
La cordialidad y amabilidad de los japoneses sorprendió a todo riverplatense que visitó Japón a fines del 2015. Shun no fue la excepción. Primero se detuvo para acompañar a un grupo de hinchas de River hasta su hotel, fue invitado a la cancha para ver el encuentro frente a Sanfrecce y ahí comenzo el amor con La Banda.
Mi novia es hincha también porque todos los días le habló de River
Shun ofició de guía, ya con los colores del Millonario en el pecho y la pasión continuó en crecimiento. Tanto que un año y medio después decidió venir a Buenos Aires para conocer de cerca el Monumental y el Museo River.
Claro que la experiencia del riverplatense japonés no se cerró únicamente al Antonio Vespucio Liberti. Sus amigos de Torcuato lo llevaron al Tropitango, lookeado para la ocasión con la camiseta del Más Grande y el fernet acompañó sus noches argentas.
Con el 14 en la espalda: “porque es el número de River”, y con un “River y nada más”, Shun dejó bien en claro que el amor por el Millonario no entiende de límites ni idiomas.