Comenzó un nuevo año pero el mundo sigue hablando del mismo nombre y apellido. Cuando muchos creían que había llegado a su techo en 2021, Julián Álvarez volvió a demostrar que todavía está lejos de llegar a su máximo nivel y que además es capaz de inventarse cualquier col, ante cualquier rival y bajo cualquier circunstancia. Ayer ante Patronato, la Araña marcó un hat-trick de goles, uno más lindo que otro, para darle la victoria a su equipo por 4 a 1. Fue su segundo triplete con la camiseta de River y rompió un récord.

 

 

Con los tres goles de ayer, el oriundo de Calchín llegó a 39 gritos con la camiseta del Más Grande y se convirtió en el tercer máximo goleador de la era Gallardo, superando por uno a Nacho Scocco y teniendo sólo por delante a Lucas Alario (41) y Rafael Santos Borré (55). Sus últimos goles en 2021 lo habían dejado en el cuarto lugar por encima de Mora y el Pity Martínez y ahora solo le bastó un partido para meterse en el podio. Pero claro, la Araña va por más y quiere quedarse con el primer puesto de la tabla de goleadores. ¿Llegará?

 

¿Cuántos partidos le quedan a Álvarez para superar a Alario y Borré?

Julián ya está vendido al Manchester City de Inglaterra y si bien en Nuñez esperan poder quedarse con el jugador hasta fin de año, hace poco Pep Guardiola, DT de los Citizens, reveló que en junio ya lo tendrá entrenando con él, por lo que a la Araña no le quedan tantos partidos para superar a Alario y sobre todo a Borré. Está a solo dos goles de alcanzar al Pipa y tres de superarlo, algo que probablemente consiga en los próximos encuentros, pero para aventajar al colombiano todavía le falta.

 

Por lo pronto, River tiene 19 partidos por delante confirmados: 12 por la fase inicial de la Copa de la Liga (en caso de llegar a la final, se sumarían tres más), uno ante Laferrere por Copa Argentina y los seis de la fase de grupos de la Copa Libertadores que comienza el 9 de abril. La Araña está a 16 goles de alcanzar a Borré y en el mejor de los casos, necesita de una efectividad de 0,72% por partido, es decir, puede darse el lujo de en algunos compromisos no marcar y aún podría llegar.