Miles y miles de hinchas del eterno rival fueron víctimas de quienes arruinaron la fiesta que implica un Superclásico, aunque hay otros miles que aseguran “River pasó por el escritorio”. El jugador número 12 gana partidos y no asume culpas cuando los pierde.
La acusación molesta. Genera enojo. Despierta un sentimiento de bronca. Es injusta. De ninguna manera el hincha del Más Grande deseaba pasar antes de los 180 minutos. Quería festejar con el pitazo final de Darío Herrera. Anhelaba fundirse en un abrazo eterno con sus pares, como el 27 de noviembre pasado, en lugar de aguardar una fría resolución de la Conmebol.
Está claro que los partidos se definen en la cancha, así debe ocurrir, pero siempre y cuando los jugadores se encuentren en condiciones de hacerlo. River quiso. No pudo. El ataque fue feroz. Las imágenes televisivas son contundentes. Leonardo Ponzio, Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni y Matías Kranevitter, los más afectados, son futbolistas, jamás se dedicaron a ser actores.
Sin embargo, existen diversos sectores de hinchas e incluso periodistas que consideran que el partido debería haber continuado in situ -la pretensión más ridícula- u otro día. ¿Por qué River tiene que alterar su calendario? ¿Qué culpa tiene de recibir una agresión inédita? ¿No es de ventajero solicitar que se presente con varios jugadores menos o incluso sin los citados a la Selección Sub 20?
La leyenda habla de jugador número 12. Es respetable, amén de tratarse de la otra vereda. Forma parte del folklore del fútbol, eso es divertido. Ahora, si el jugador número 12 gana partidos, como siempre se dijo, ¿por qué no se hace cargo de esta caída? Una pena por quienes fueron a ver un partido. A gastar y cantar, pero sin avalar ningún tipo de suceso violento. Ellos son las verdaderas víctimas.
Además, hay otro agravante que hace aun más legítima la decisión tomada en Asunción: los jugadores de Boca nunca se solidarizaron. Pensaron en continuar. Es triste que no confíen en sus condiciones, buscando una ventaja. ¿Y la empatía? ¿Y el sentimiento deportivo? No son culpables del ataque, aunque sí del comportamiento posterior. Pretender que el partido continuara era un acto de cobardía. Háganse cargo, como lo supieron hacer cuando se enfrentaron a un Vélez clasificado de antemano.
+ El insólito ataque



