Danilo Gerlo dialogó con LPM TV sobre su deseo de ser director técnico, la amistad que lo une a Ponzio, los recuerdos que le dejó River y su fascinación con la facilidad que tiene Gallardo para reinventarse. Además reconoció que lo que generó y logró Maidana es “para sacarse el sombrero”.
Llegó al club en el que siempre soñó allá por el año 2004, luego de haber ascendido con Quilmes: “Yo siempre jodía que iba a jugar en un grande, y a los 21 años jugaba en mi pueblo. Estaba con mi mejor amigo y mis viejos y me dijeron: ‘vos querías jugar en un grande’, y al día siguiente estaba acá firmando el contrato con River”, cuenta Paco todavía conmoviéndose.
“De chico quería jugar al fútbol pero no me imaginaba que iba hacerlo de manera profesional por todas las cosas en contra que tuve. A los 21 años jugaba en mi pueblo por 100$ que me daban mis amigos. Los nombres fuertes cuando llegué a River eran Salas y Gallardo. También había muchos chicos de Selección como Mascherano, Lucho González. Yo tenía muy buena onda con Costanzo, Lux, Masche, Lucho y con los dos Marcelos también. Primero uno no habla porque es tímido pero después era al revés. Dentro del plantel después de tres, cuatro años, con los empleados ya te sentís parte de la familia. Me adapté muy bien y nunca tuve problemas”, recuerda de sus años con el Manto Sagrado.
En el mano a mano con La Página Millonaria TV, destaca a Gallardo como entrenador y reconoce que no le sorprende su presente: “Lo que más me gusta de él es que durante estos tres años y medio la gente siempre se sintió identificada con el equipo. Siempre demostró ser un equipo voraz, que siempre puede, tuvo dos meses malos y se le dijeron un montón de cosas. Pero siempre se adaptó y cada seis meses cambió el equipo y se renovó. Crea una energía con todos los planteles“.
Tampoco escatimó en elogios a la hora de hablar de Maidana: “Lo de Joni es digno de admiración, uno que pasó tanto tiempo en el club sabe lo difícil que es mantenerse ahí. Para mí es un ejemplo que dignifica la profesión, ha jugado lesionado y siempre ha rendido, me saco el sombrero”.
En la actualidad, Danilo no ve la hora de estrenar su título como director técnico: “Miro mucho fútbol, estoy con ganas de ver si puedo enfocarme y dirigir. Hice el curso de DT con el Lobo Ledesma y Facciuto, yo siempre supe que quería dirigir. Por cuestiones de la vida me alejé, creo que retrasé un poco el tiempo pero creo que en algún momento voy a hacerlo”.
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+ La adaptación al retiro: “Yo extraño mucho, no jugué más, ni con mis amigos. Nunca voy a terminar de asimilar que no juego más, lo acepto, pero en mi caso lo voy a extrañar toda la vida”.
+ Jugar en el Senior de River: “Jugué un partido y me invitaron varias veces, pero ahora me pasa que no lo disfruto, no siento nada. Necesito esa autoflagelación de ganar o perder, esa adrenalina que al final no se si está bien o mal, pero me gusta la competencia. A lo mejor en otro momento voy y juego, pero hoy no lo siento”
+ La posibilidad de hacer dupla técnica con Ponzio: “Lo hablábamos mucho, pero yo no creo porque no hablamos de qué va a hacer después del futbol, creo que Leo se va a dedicar al campo”.
+ Simeone: “Cuando lo conocí ya se veía que iba a trabajar en Europa y que estaba un paso adelante. Siempre me puse a pensar sobre lo que pasó en su último torneo en River, creo que hubo errores de juventud, veníamos de perder dos semifinales de Copa y cuando salimos campeones nos sacamos una mochila con muchos problemas, y lo que yo pienso en cierta manera es que luego cometimos muchos errores de juventud y además se fueron jugadores muy importantes y no hubo recambio”.
+ Ortega: “Tomábamos mate y si de la habitación de Ortega se escuchaba ‘Pasos al costado’ de Turf, sabíamos que ese día la rompía. Fue de los mejores jugadores que vi en mi vida, era un jugador diferente. En River fue uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. En los partidos importantes vos te dabas cuenta que a él le gustaba jugar esos partidos”.
+ El partido que jugó de 9: “No se por qué tomó tanta dimensión, se hizo un partido impresionante contra Arsenal, con expulsiones, y yo hice lo mismo que hubiera hecho cualquier jugador. Venía de jugar Copa y la noche anterior estaba fusilado, me lesioné caminando. Vos sabés que te vas a lesionar, y querés estar igual. La noche anterior no daba más. Me lesioné y seguí jugando por mis compañeros y el equipo. Tomó mucha trascendencia, tuvo más importancia de lo que realmente tenía que tener. Para ser grande en River hay que hacer otras cosas y yo siempre lo tuve claro. Un ratito es para risa, pero después ya está”.
+ ¿Qué le dejó River?: “Mucha gente se siente identificada conmigo porque yo a los 22 años tomaba café con mis amigos en el pueblo y a los dos años estaba jugando en River. Llegué al club máximo al que aspiraba y por el que trabajé, conocí gente, lugares en el mundo, pude jugar en el club que yo quería”
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