Había mucha bronca contenida, y Franco Armani no se guardó nada. Es que el arquero de River pudo contener un penal en el segundo tiempo del duelo entre Argentina y Paraguay por la Copa América, y en el festejo no sólo estuvo a puro grito, sino además se llevó el dedo índice a la boca pidiendo silencio.

A los 62 minutos y con el partido 1-1, Nicolás Otamendi cometió una falta inocente en el área de Argentina que terminó en penal. Se hizo cargo Derlis González, lo pateó abajo a la izquierda, y allí voló Armani para desviar el remate.

En el primer tiempo, Franco había tenido una jugada desafortunada donde terminó siendo amonestado, y eso, sumado a todas las críticas desmedidas que ha sufrido los últimos días, provocó un festejo a puro desahogo.

"Lo esperé hasta lo último, y teníamos estudiado al pateador. Gracias a Dios lo pude atajar", declaró Armani cuando finalizó el partido. Y agregó sobre el equipo: "Hoy tuvimos más la pelota y fuimos más precisos. Hay que seguir, y estamos con la esperanza de clasificar.