Flamante campeón de la Liga mexicana con Chivas, el Pelado solo piensa en continuar dirigiendo al equipo con el que ya levantó cuatro títulos. Negó sentirse molesto por no ser invitado a la despedida de Cavenaghi y recordó su experiencia como DT del Más Grande.
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De un día para otro colgó los botines y se calzó el buzo de DT para sacar a River del peor momento de su historia. Logrado ese objetivo, se propuso una meta similar en Banfield. También la alcanzó. Y en su primera experiencia en el exterior, levantó a un Chivas que venía de capa caída para llevarlo a estar entre los mejores equipos del país. Matías Almeyda ya ha dado muestras suficientes de su capacidad como entrenador y no oculta su felicidad por el nuevo título: “Estoy muy contento, muy feliz, junto a todo el cuerpo técnico, los jugadores. Hace 11 años que Chivas no era campeón de la Liga. Es muy difícil entra en la Liguilla y tuvimos esta fortuna de ganarle a un gran rival como es Tigres, así que muy contentos”.
En diálogo con Fox Sports Radio, el Pelado repasó su carrera como director técnico: “En River era mi primer experiencia como jugador y la obligación era subir. Era la obligación misma. En Banfield fue diferente, marcamos un estilo de juego bastante bueno y por intermedio de ese estilo ganamos muchos partidos con un grupo de jugadores espectacular. Cuando llegué a Chivas se estaba peleando por el descenso y creo que acá también hay un gran trabajo. Llevo 8 meses y este es el cuarto título, porque ganamos dos Copas, la Supercopa y este campeonato. De cuando llegamos a hoy hubo un cambio bastante grande y también marcando una identidad de juego, que es lo más difícil que puede tener un entrenador”.
Para Almeyda, el título conseguido con Chivas no se compara al que obtuvo en Núñez: “Yo digo que ese título va a ser único porque si Dios quiere, River nunca más va a tener que jugar en esa División. Fue un título que tiene un esfuerzo y un amor por lo que hacíamos muy grande. Era mucho compromiso y una decisión difícil de tomar porque sabía que tenía muchas más cosas en contra que a favor, pero también me abrió una puerta para ser entrenador y enfrentar los desafíos como lo he hecho a lo largo de mi vida”.
Cambiando de tema y evitando la polémica, negó haberse enojado o sentirse dolido por no haber sido invitado a la despedida de Cavenaghi: “Yo no declaré que me había molestado. Yo dije que él era dueño de invitar a quien él quería. Es su fiesta y a mí me pone feliz que cada jugador pueda tener su partido despedida. Yo no lo pude tener. Y en esta caso es el partido de él y lo debe disfrutar con la gente de River, él es un ídolo y está perfecto. Yo nunca dije que me molestó”.
¿Sueña con otra oportunidad en el Más Grande? “Tuve que estar en el momento que tenía que estar. Por algo tuve que estar ahí y quedará por siempre grabado dentro de mi ser lo que significa River para mí. Hoy River tiene su entrenador que es Marcelo, que ha conseguido un montón de logros y no se me cruza por la cabeza otra cosa que no sea Chivas. Por ahí fue ese el momento en el que tenía que estar y quedará en la historia”.
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