Argentina logró la ansiada clasificación a los octavos de final de la Copa del Mundo y lo hizo jugando al fútbol que sabe, ese que tanto se extrañó en el debut: tocando, asociándose, con movimientos a favor del compañero y con la pelota en los pies. Para que eso fuera posible tuvo que aparecer, entre otros actores fundamentales, Enzo Fernández. La descoció en el segundo tiempo ante México con un golazo, Scaloni lo puso de titular esta tarde ante Polonia y el 24 no defraudó: jugó otro partido descomunal y para sacarse el sombrero.
Enzo se puso el overol y asistió a Julián Álvarez, su viejo amigo de River, en el 2-0 ante el equipo polaco y luego dictó los tiempos con una prestancia admirable. Ganó todos sus duelos, tuvo un 100% de efectividad en pases largos y un 92% en todos los pases que dio durante el partido. Como no podía ser de otra forma, cuando salió reemplazado en el segundo por Germán Pezzella, el estadio se vino abajo para ovacionarlo.
“Ole, ole, ole, ole, Enzo, Enzo” bajó lentamente de las tribunas cuando la pantalla del Estadio 974 anunciaba la salida del actual jugador del Benfica. En la semana se especuló mucho sobre su titularidad. La mayoría de los hinchas creía que debía ir desde el arranque y Scaloni fue en esa línea, porque los que juegan tienen que ser los que mejor están. Y Enzo está pasando por un momento sencillamente espectacular. Con 21 años, se adueñó del mediocampo de la Selección Argentina en un Mundial.