Por si quedaba alguna duda al respecto, esta noche en Rosario el señor Julián Álvarez demostró con creces los motivos por los cuáles no le queda grande para nada la Selección Argentina, pese a que no jugó minutos en la última convocatoria. Fue decisivo desde todo punto de vista de principio a fin, y con dos goles y dos asistencias abrió todos los caminos para la goleada de River frente a Newell's que le dio un aire espectacular al equipo de Marcelo Gallardo pensando en la lucha por el torneo.

El atacante cordobés fue el más lúcido en el trámite opaco del Más Grande en el primer tiempo, con una movilidad total, una velocidad asombrosa, y además con un control y asistencia notable para habilitar a Nicolás De La Cruz en el primer gol. Era el que le daba respiro a todo el ataque del equipo, y la carta de desequilibrio permanente a la que acudían todos sus compañeros.

Pero eso no fue todo, porque tenía guardado lo mejor para la segunda mitad. Primero aprovechando un remate de Angileri que se iba desviado, mediante un control y un zurdazo notable para poner el 2-1. Segundo para oficiar de asistidor en una hermosa pared con Jorge Carrascal, quien convirtió el 3-1. Y luego para definir de gran manera ante la salida de Aguerre para coronar el resultado final. Noche redonda por donde se la mire, desplegando sus telas de araña para convertirse en la figura indiscutida de la noche.

Sus declaraciones luego de haber finalizado el partido

"Creo que hicimos un buen segundo tiempo, el primero nos costó. Nos confundió un poco el primer gol, y nos costó tener control del juego. El tercer gol nos dejó más tranquilos porque no veníamos teniendo buen juego. Sabíamos que no podíamos perder puntos, y que necesitábamos ganar para estar cerca de la punta", fueron las palabras de Álvarez luego de su gran noche sobre el desarrollo del juego y las aspiraciones de River para lo que viene.