Un nuevo Superclásico llega. Las emociones de todos se juntan, provocan esa ansiedad propia de estos partidos y se mezcla con ese “no se qué”, que sólo los riverplatenses sentimos. Mañana es el día de demostrar, una vez más, que somos El Más Grande.
Si hay alguien que no quiere jugar este partido, es Boca. Los campeones de todo, nosotros, estamos dulces. Con ganas de jugar mil veces contra ellos. 2 veces en 6 meses, y teniendo en cuenta la disputa del campeonato, quien te dice que hasta se pueda decir “3 veces en 10 meses”.
Cierta es la frase hecha “los clásicos son partidos aparte”, pero mañana, cuando a las 18.15 comience el partido, el pecho inflado será el nuestro. Adornado con las Copas conseguidas, un Monumental repleto, el recuerdo de las eliminaciones que sufrieron nuestros primos por culpa nuestra, y la presión de jugar contra el Campeón de América, hará temblar las piernas de los visitantes.
Y ahí vamos a estar nosotros, desde las tribunas quedándonos afónicos para alentar a River y para intimidar, aún más, a ellos. Y ahí estarán nuestros jugadores. Dejando la vida como lo hicieron siempre.
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Barovero protegiendo el arco más grande del mundo, Mercado trabando con el corazón, Kranevitter jugando su último Superclásico oficial, Ponzio transpirando como lo haría cualquier hincha del Millo, Sánchez yendo y viniendo, todo por La Banda, el Pity volviéndolos locos con esa típica gambeta riverplatense, Mora jugando enamorado por los colores, y así lo harán todos. Los titulares y a los que les toque ingresar, porque esa es la mentalidad River, esa es la mentalidad Gallardo.
+ Tenemos una historia para tirarles encima, #VamosRiverLPM:
(Infografía: Matías Tresguerres)
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+ Los máximos verdugos de Boca.
+ Los mejores goles de River al eterno rival.