Los hinchas de River asistieron al Estadio Monumental con la ilusión de despedir a Leo Ponzio, pero también con la idea de disfrutar una fiesta del fútbol. La presencia de grandes glorias del Millonario y viejos compañeros del Capitán Eterno eran garantía de espectáculo asegurado. Ya las alineaciones iniciales de cada uno de los equipos invitaban a disfrutar de un partidazo. Y los protagonistas cumplieron con creces.

En los primeros 45 minutos iniciales los fanáticos que asistieron al Templo de Núñez y los que siguieron el encuentro a través de la transmisión de Star + pudieron disfrutar de varios lujos y perlitas. El encargado de abrir el marcador fue Nacho Fernández luego de un gran jugada que nació en los pies de Hernán Díaz y que contó con la participación de Enzo Pérez, el Chori Domínguez y el Oso Pratto. Fue apenas el anuncio del partidazo que vendría.

Un par de minutos después, Nacho Scocco metió una asistencia fabulosa para la aparición de Enzo Pérez, que definió pinchando el balón por encima del cuerpo de Julio Chiarini. Un golazo a lo Messi. La reacción del equipo con la banda roja no tardó en llegar y revivió una vieja fórmula que le dio tantas alegrías al Más Grande: centro atrás de Andrés D'Alessandro y gol de taco de Fer Cavenaghi. La magia, intacta.

El primer tiempo continuó siendo entretenido y con una lluvia de goles. Alejandro Domínguez, con un zurdazo esquinado, estiró la diferencia para el elenco rojo, pero Andrés D'Alessandro con una vaselina hermosa puso el partido 3 a 2 en favor del elenco de Leo Ponzio. El Torito, con otra gran definición, estableció el empate parcial, pero apareció otra vez el Chori para marcar la diferencia. El trámite era palo y palo y los hinchas se volvían locos. 

A los 25 minutos llegó probablemente la mejor jugada de todo el encuentro: una maniobra individual de Enzo Francescoli, que a pura gambeta y con un túnel contra el propio Leo Ponzio, se las ingenió para sortear la marca y definir con un derechazo cruzado. Un golazo del Príncipe, que despertó la ovación de las 70 mil almas, el abrazo del homenajeado y el aplauso del propio Marcelo Gallardo, que se paró del banco para felicitarlo.

El equipo rojo volvió a tomar las riendas del partido y volvió a ponerse arriba en el marcador gracias a un penal que no dudó en sancionar Pablo Lunati. El encargado de patear fue ni más ni menos que Leo Ponzio, que definió con mucha clase, contra un palo, y se llevó el aplauso y la ovación de todos. El gol que todos vinimos a ver. Claro que la historia no terminó así y en la jugada siguiente, en el otro arco, el Loco Abreu hizo su show y picó un penal para establecer el quinto gol del equipo de la banda roja.

En el inicio del complemento, el Beto Bologna cometió un error propio de esta clase de partidos y el que aprovechó fue David Nalbandian, que definió prácticamente en la boca del arco. La última emoción estuvo en los pies de Braian Romero, que estableció el 7-6 definitivo en favor del equipo blanco y rojo, que se quedó con un amistoso que tuvo momentos de alto vuelo y una imagen final: Enzo Pérez se volvió a calzar los guantes y atajó unos minutos, para el deleite de todos los simpatizantes y del propio Ponzio, que también se puso los guantes y le contuvo un penal a Enzo. Un broche de oro sensacional para la gran fiesta del más ganador de la historia de River.