Unos días antes del gran partido por la Supercopa Argentina, el presidente de River conversará personalmente con su par de Boca y el titular de la AFA.
Tendrá que ir en paz, pero con una postura firme. Sabe muy bien que en política “el que se calienta, pierde”, según reza una máxima. Por eso Rodolfo D’Onofrio deberá defender los intereses de River sin que el poder conjunto de Claudio Tapia, presidente de la AFA, y Daniel Angelici, mandamás de Boca y vice primero del fútbol argentino, genere una confrontación a pocos días de la Supercopa Argentina a disputarse el miércoles 14 de marzo, en Mendoza.
Además de reunirse con ambos dirigentes, D’Onofrio compartirá la mesa de diálogo con Horacio Elizondo, principal responsable en las designaciones de árbitros, teniendo en cuenta su enorme experiencia en la materia, incluyendo la final del Mundial 2006.
El principal asunto a tratar en dicho cónclave iba a ser la implementación del VAR, teniendo en cuenta la presión que tendrá tanto el árbitro que sea designado -Patricio Loustau es el candidato de mayores chances- como los jueces de línea. Sin embargo, quedó descartada el uso del sistema, debido a que el fútbol argentino no llegó a la fase protocolar exigida por la FIFA.
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