Augusto Batalla está en el ojo de la tormenta. Sus errores lo pusieron como tópico principal de los debates, y de cara al semestre que se viene, hay un veredicto que ya no permite análisis: River necesita incorporar un arquero.
Listo, basta. Se viene la etapa final del año y no hay lugar para errores. La fase final de la Copa Libertadores es el gran objetivo del Más Grande y para lograrlo, tiene que estar a la altura de las circunstancias en todas sus líneas, no se puede experimentar.
La grandeza de un plantel y un entrenador con una jerarquía gigante permitieron que los errores de Batalla (naturales o no por la inexperiencia lógica), no flotaran en la superficie de la realidad riverplatense, pero esta vez no hubo milagro. Recuerdo la Recopa conseguida frente a Independiente Santa Fe, el Superclásico perdido en el Monumental, la final de Copa Argentina frente a Rosario Central, e incluso el gol de Gago que hizo tambalear por un instante un desempeño magistral del Millonario.
Lejos de soltarle la mano al arquero surgido del semillero del club, coincido con el concepto de “bancar a los pibes”, pero el precio no puede ser perder un torneo, un partido clave, y mucho menos una Copa. Banquemos a Batalla. Evitemos los murmullos en casa cuando la pelota se acerca a nuestro arco, alentemosló cuando le toque ser titular y hasta evitemos manifestaciones mal intencionadas en las redes sociales.
Por sobretodo, banquemos a River. Dudo que bancar al ‘1’ sea seguir exponiéndolo como titular indiscutido, con la mochila de demostrar día a día en el arco más grande del mundo teniendo sólo 21 años. Condiciones le sobran, arquero de las selecciones juveniles desde el inicio, Augusto no se olvidó de cómo se ataja. Claro que no, es muy probable, y ojalá así sea, termine convirtiéndose en el arquero que sus preámbulos vaticinaban.
Pero hoy Batalla necesita tranquilidad y apoyo, no ser titular todos los días. Y River hoy necesita seguridad, firmeza mental en su arco y la espalda experimentada de un arquero con roce continental. Se apostó en el mercado de pases pasado por el semillero del club, nuestro pilar histórico y comulgo con eso. Pero por más que nos duela, no salió.
No hay que desterrarlo, hay que foguearlo de a poco, sentar las bases. Perder la titularidad, volver a repartir las cartas, no es un fracaso, el fútbol siempre da revancha, ¿no? Tenemos la chance de jugar la Libertadores y no verla por televisión, no la despilfarremos dejando detalles librados al azar o a la banca absurda de la filosofía del aguante. El mercado de pases jugará un rol vital para lo que se viene.
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