River extrañará hoy y siempre a uno de los más grande delanteros que supo vestir la camiseta del club: El Mortero de Rufino, un temible goleador que nos dejó el 22 de mayo de 1972, aunque su historia permanece vigente entre los amantes del fútbol.
En 1932, la dirigencia riverplatense pagó 35.000 pesos para incorporar a Bernabe Ferreyra, la cifra más alta gastada para incorporar a un jugador hasta ese momento. Con este fichaje se consolidó el apodo “Millonarios” para los de Núñez, que fue adoptado luego de la millonaria compra de Carlos Peucelle.
Bernabe Ferreyra fue apodado El Mortero de Rufino por la gran potencia de sus pelotazos, que lograban alcanzar una velocidad de 200 kilómetros por hora, y La Fiera por su espíritu de lucha. Un dato curioso respecto a su gran remate, es que La Fiera le hizo ganar el superclásico a La Banda en 1932 al hacer un gol metiendo la pelota en la red después de haber desmayado al arquero xeneize, Arico Suárez, de un pelotazo en el estómago.
Ferreyra convirtió 232 goles en 228 partidos en torneos de Primera División, alcanzando un promedio de 1.01 gol por partido. Convirtió más tantos que encuentros disputados, una estadística más que envidiable para cualquier delantero. Su efectividad era tal que el Diario Crítica, el más importante de los años 30, prometía en su momento una medalla de oro para el arquero que saliera invicto de un partido frente al goleador.
Este gran anotador, a fuerza de goles y rendimientos majestuosos, logró que la gente pagara un plus en los partidos que él jugaba. Así se metió en la historia del Millonario, ganando tres títulos, como uno de sus ídolos. Y hoy, luego de ese fatídico 22 de mayo cuando falleció, está rompiendo nubes mediante sus cañonazos en el cielo, como lo supo hacer con la banda roja sobre el corazón.
