Desde que Marcelo Gallardo asumió como director técnico del Más Grande allá por junio de 2014 comenzó un período lleno de éxito tanto desde los títulos obtenidos como también desde las formas: el hincha se siente representado por los futbolistas y la filosofía del Muñeco se puede ver dentro y fuera de la cancha. Pero ningún gran líder consigue nada solo, es por eso que el Muñeco se rodeó de grandes profesionales y entre todos formar un equipo formidable que está en todos los detalles para alcanzar el éxito. Uno de los eslabones de la cadena es Sandra Rossi, la única mujer del cuerpo técnico que cumple un rol fundamental desde lo profesional y también desde lo personal, no es casualidad que los jugadores del actual plantel y algunos de los que pasaron se manifiesten hacia ella con tanto cariño.
El Muñeco junto a su cuerpo técnico en 2014. (Foto: Prensa River).
El trabajo de Sandra Rossi, quien es médica especialista en medicina del deporte, está directamente vinculado con la neurociencia. La misma Rossi le había comentado a La Página Millonaria hace un tiempo: “Mi función en el plantel es entrenar el cerebro, desde un punto de vista funcional y no psicológico. Trabajo con software específicos para la velocidad de reacción y toma de decisiones que estimulan al deportista”.
Desde el punto de vista médico, Rossi ejemplificó: “En una situación de juego dada se presentan mecanismos íntimos a nivel bioquímico. Las emociones que uno tiene van de la mano con neuroquímicos. Si estoy bien, por la sangre va a circular un bioquímico y si estoy mal otro, que va a afectar a toda la mecánica de mis músculos”, sostuvo la médica en una charla con la Fundación River.
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“Es una linda mezcolanza lo que ocurre con las habilidades cognitivas de cada persona. Tenemos que aprender a agudizar el ojo para darnos cuenta las fortalezas y debilidades en cuanto a lo cognitiva. Es distinta la visión periférica de un cinco y de un lateral, se desarrollan otros patrones de toma de información del campo. Mantenerse calmo en situaciones críticas también es una particularidad muy personal. Todo esto tiene un inicio común y se gesta en un mismo lugar: el cerebro”, dijo Sandra Rossi en relación a la importancia de la visión periférica y luego agregó: “Desde mi lugar tratamos de intentar o generar el potenciar el cerebro de cada uno de los jugadores. Tratar de que lleven al máximo posible sus límites mentales: manejo de emociones, velocidad de reacción, velocidad en el campo, toma de decisiones, capacidad para estar atento”.
El cerebro es un órgano fundamental y Rossi sostiene que el mismo se puede trabajar: “Usamos la capacidad que tiene el cerebro de modificarse a sí mismo. Tenemos que poder elegir y seleccionar cuales pueden ser esos estímulos que benefician al cerebro a la hora de relacionarnos con otra persona. El solo hecho de saber que uno es capaz de generar cambios en el cerebro de las personas con la que uno trabaja me da felicidad pero también una responsabilidad de un nivel muy alto”.
“Hay gente que no tiene tanto acceso a la tecnología como nosotros en River, pero creo que el mundo va en camino a que todo el mundo tenga acceso a más y más herramientas. Pero hay muchas cosas que se pueden hacer igual sin tantos aparatos, porque el cerebro es un elemento totalmente entrenable”, aseguró Sandra Rossi quien considera que en el futuro todos los clubes harán foco en la importancia de la neurociencia para mejorar a sus planteles y luego añadió: “Todo lo que implique aumentar el foco y un desafío para un jugador, siempre que tenga criterio, es considerado dentro de la neurociencia. Cada uno desde la parte que le toca entrena su cerero desde lo técnico y mental. La idea no es que sientan que es algo a lo que no se puede acceder. Todos los que tienen enfrente a una persona están haciendo algo ligado a la neurociencia“.
La importancia de la neurociencia es alta en un plantel profesional, pero Rossi sostiene que sería adecuado que los chicos recién en la adolescencia hagan foco en ese aspecto, que antes, en la niñez se dediquen a jugar: “La edad para la neurociencia es un tema. Yo recomiendo que recién con estos entrenamientos empiecen a los 15 o 16 años. Si es antes, que sean situaciones más cortas y menos forzadas. Un niño a los 10 años no tiene desarrollada la visión periférica, sería ponerlo a una situación donde fisiológicamente no puede hacerlo. Para los niños siempre es mejor ejercitar cuestiones más técnicas, o de repeticiones y hábitos, pero lento y pausado, sin presionarlo”.
“Los jugadores que tienen tendencia a dormir menos o a dormir mal, se ve en ellos una correlación directa con el número de lesiones. Porque el músculo fatigado no llega correctamente reparado al próximo entrenamiento si no hay un descanso de varias horas por lo menos. Hace 20 o 25 años no se prestaba atención a todo esto, hoy no se puede dejar nada librado al azar”, sostuvo Sandra Rossi respecto a una de las razones por la que algunos jugadores sufren más lesiones que otros.
“La ansiedad es tratar de controlar todo lo que tenemos fuera de nuestro control. Lo que nos aflige. Lo primero que se debe hacer para controlarla es poner frente a nosotros si se puede o no controlar la situación. Si por ejemplo yo hoy tengo que jugar un partido y está lloviendo y se puede suspender, y eso me pone ansioso, yo no puedo hacer nada desde mi lugar para parar la lluvia. Lo que me angustia queda alejado a mis posibilidades. No me conviene darle lugar a eso. Solo tenemos poder sobre nosotros, y lo que nos pasa a nosotros. Sobre todo lo demás hay que ponerlo a un costado. Y las técnicas de respiración ayudan mucho. Hacer que se infle la panza para calmar el cerebro mediante el buen ingreso de oxígeno por ejemplo, y todas las técnicas respiratorias son buenas y positivas”, sentenció la médica del plantel de River.