Los jugadores que no fueron convocados para el último partido de River en el año no comenzaron antes sus vacaciones, sino que fueron hasta la cancha de Quilmes para alentar a sus compañeros.
Se podría destacar la capacidad ofensiva del equipo. O la solidez de los de atrás. Quizás, también la jerarquía individual que supo hacer la diferencia. Pero no. Una y otra vez, el plantel de River remarcó que lo más importante siempre fue la unión grupal.
Y esa armonía en el vestuario quedó reflejada en la cancha de Quilmes. Porque los futbolistas que no fueron convocados por Marcelo Gallardo para visitar al Cervecero quedaron automáticamente liberados hasta el 4 de enero, pero no quisieron perderse el partido.
Así, jugadores que están lesionados, como Jonatan Maidana, Teófilo Gutiérrez y Eder Álvarez Balanta, junto a otros que no pudieron integrar la lista de concentrados, como los casos de Juan Kaprof, Guido Rodríguez u Osmar Ferreyra, vieron desde un palco el triunfo del Más Grande.



