Un baño de realidad, eso resultó el 2-1 de Arabia Saudita sobre Argentina. Contra todos los pronósticos y atentando contra toda la ilusión de 44 millones de personas, el equipo de Lionel Scaloni estuvo muy lejos de ser el que vinimos viendo a lo largo de las Eliminatorias y falló en casi todos los aspectos posibles. Se puso en ventaja gracias al gol de Messi de penal pero despúes no supo como doblegar a su rival, terminó cambiando el sistema táctico y nunca encontró los caminos, desde lo mental y desde lo físico.

La bronca permanecerá por varias horas en todos los hinchas, de eso no se podrá salir, pero para la gente de River hubo un pequeño mimo en el segundo tiempo: Julián Álvarez y Enzo Fernández ingresaron cuando el partido ya estaba 1-2 y ambos tuvieron su debut en la Copa del Mundo. De hecho, Enzo terminó siendo el mejor de un equipo que se repitió en centros pasados, que le faltó ganar en las segundas jugadas y que se volvió muy previsible.

Lejos de contagiarse del contexto de nerviosísmo y miedo, Enzo se paró de cinco en lugar de Paredes y aportó orden y equilibrio cuando Arabia infló más el pecho después de los dos goles. Agarró la pelota y trató de hacer jugar a sus compañeros. No le faltó actitud, no le faltó rebeldía y se hizo cargo del partido. Para Julián no fue el mejor entorno posible: ingresó por Papu Gómez y pasó por todos los sectores de la cancha.

Tiró centros como extremo izquierdo, retrocedió casi como un doble cinco, tuvo que recuperar una pelota como lateral izquierdo en su área y se posicionó como nueve en otros ratos (para lo que verdaderamente ingresó, suponemos) donde tuvo un cabezazo bombeado que parecía colársele por encima al arquero árabe pero finalmente terminó en sus manos. Sin dudas, viendo el rendimiento de los que jugaron desde el arranque, Enzo y Julián tendrán chances de ser titulares el sábado con México.