El goleador de River admitió que al momento de lesionarse el hombro se le pasó por la cabeza la chance de no viajar a Japón, pero que habló con Francescoli, quien sufrió la misma lesión, y pudo recuperarse totalmente.

Lucas Alario será la carta de gol de River en el Mundial de Clubes. Tal como lo hizo desde que llegó, el delantero deberá ponerse el ataque del equipo al hombro, justamente una zona que casi lo deja fuera del viaje a Japón.

“Ahí tuve miedo. Se me pasó por la cabeza y lo pensé mucho, porque ya lo había vivido en Colón, donde me tuve que operar y estuve varios meses sin jugar. Pero por suerte con el cuerpo médico decidimos hacer un trabajo para evitar la operación y hasta ahora me siento bien, no tengo ningún dolor y gracias a Dios ya me he sacado ese temor”, se alivió.

En declaraciones a Olé, el Pipa contó que una de las claves para poder recuperarse fue hablar con Enzo Francescoli, quien pasó por una situación similar durante su etapa como futbolista.

“Sí, hablamos. Más lo del hombro, porque a él le tocó vivir lo mismo y pudo jugar seis meses más. Me dio consejos porque yo tenía un poco de temor de que se me volviera a salir si me caía o si usaba mal el brazo. Eso fue muy importante para mí”, indicó.

Consultado por una final frente al gran candidato, Alario explicó que es una utopía, como también lo era ser el héroe de la Copa: “Obvio que es un sueño jugar esa final contra el Barcelona… Es algo que nunca me había imaginado, como tampoco me imaginé ganar tan rápido la Libertadores”.

Por último, se refirió a los rumores de una venta a la Serie A de Italia, pero avisó que no tiene planeado irse en el corto plazo: “Yo me quiero quedar mucho tiempo en River porque soy feliz. Más adelante veremos”.

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