Alario admitió que Gallardo le transmitió una seguridad enorme antes de llegar a River y contó detalles inéditos sobre su gol en la final de la Copa Libertadores. Además, reveló un sorpresivo consejo que surtió efecto inmediato.

Pocas semanas pasaron entre las dudas que generaba su nombre al arribar -problemas de meniscos incluidos en la revisión médica- y las apariciones que lo metieron en la historia grande de River, aún lejos de ser ídolo. Lucas Alario, surgido de Colón, donde su promedio de gol era bajo (12 tantos en 60 presentaciones oficiales), rompió todos los pronósticos e hizo que el Millonario pudiera sortear dificultades gigantes como un momento complicado en Asunción y nada menos que la apertura del marcador bajo la lluvia frente a Tigres.

Seguido atentamente tanto por Marcelo Gallardo como el vicepresidente segundo Matías Patanian, que recibió una recomendación de César Luis Menotti, el delantero de 23 años recién cumplidos destacó el respaldo del DT. “Ya me había dado mucha confianza cuando hablamos por teléfono. Que le gustaba cómo jugaba, que me venía siguiendo desde hacía un tiempo, y a mí no me conocía nadie. Eso lo valoré muchísimo. Y después me dijo que me seguía bancando, a pesar de la rodilla. Le dije a mi representante ‘arreglalo como puedas, pero yo de acá ni me voy’ “, resaltó, en una entrevista concedida a revista El Gráfico, de noviembre.

Titular contra Guaraní, en el Monumental, cuando apenas registraba previamente un encuentro ante Temperley, Alario de ninguna forma se achicó al escuchar el anuncio cara a cara del Muñeco para ser uno de los once y le dijo que para eso lo trajeron. “Lo único que pensaba era en tratar de entrar entre los concentrados, ese era mi objetivo, no quedarme afuera. Cuando me preguntó eso (NdeR: si se animaba a ser el delantero inicial), la primera reacción fue una sonrisa que no pude disimular y después contestarle así”, explicó.

Autor de un golazo en el estadio Defensores del Chaco para sellar la clasificación a la instancia decisiva de la Copa Libertadores de América, el atacante nacido en Tostado, Santa Fe, reveló detalles desconocidos hasta ahora sobre su conquista frente a Tigres. “La palomita la vi un montón de veces. Metí el gol y no sabía qué hacer, si tirarme de cabeza entre la hinchada, si buscar a mi familia que había venido por primera vez a la cancha. El gol lo metí esguinzado. Me había doblado el tobillo solito, a los 30 del primer tiempo. Pero en ese momento ni me acordaba del tobillo. En el entretiempo me enfrié y por eso tuve que salir en la segunda parte”, narró.

Además, acerca de su capacidad para ubicarse dentro y fuera del área, Alario también dio a conocer consejos fundamentales que surtieron efecto inmediato. “Marcelo me pide que sea el finalizador de las jugadas, que no baje. Antes del partido con Chicago, Biscay y Buján (ayudantes de campo) me mostraron un video que habían preparado sobre Lewandowski (NdeR: el famoso goleador polaco de Bayern Münich) para que viera movimientos y definiciones. Vamos a seguir mirando, a ver si la próxima puedo llegar a meter cinco goles”, admitió y bromeó. ¿Podrá?

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