Un día como hoy, pero de 1983, el Principe jugó su primer partido con La Banda e inició el camino que lo convertiría en uno de los máximos ídolos de la historia del club.
Fue uno de los jugadores que mejor representó el estilo y el paladar millonario. Dueño de una calidad que lo transformó en uno de los mejores futbolistas sudamericanos de la historia, Enzo tuvo que pasar momentos complicados en el club antes de demostrar que tenía todo para convertirse en uno de los referentes indiscutidos de las páginas de gloria de River.
Cuando se dio su llegada a Núñez, corrían vientos de recambio en el club. En 1983, llegaron varios jugadores sin tanto renombre a reemplazar a otros grandes ídolos que ya habían dejado de vestir la banda, como Alonso, Ramón Díaz, Passarella y Kempes. Desde la institución, decidieron contratar a un uruguayo que la rompía en el Wanderers, con fe en que podía estar a la altura del manto sagrado, pero sin imaginar que se transformaría en uno de los máximos ídolos de todos los tiempos.
Tras una extensa negociación, en la que el jugador fue fundamental para definir su llegada a River, Enzo llegó al país sólo dos días antes de su debut y el 24 de abril de 1983, hizo su presentación con la banda, en el triunfo por 1-0 ante Huracán.
“Yo quiero jugar en River, es una gran oportunidad para mí. Y espero no desaprovecharla. Todos saben el nombre que tiene River internacionalmente. Y yo sé que setrata de un club elegante, cuya hinchada admite únicamente al que sabe jugar, que tiene un estilo definido, que siempre se destaca por su buen fútbol. Por eso metengo fe. Creo que mi estilo andaría bien en River Plate”, declaró poco antes de arribar al país.
La expectativa de los hinchas por su llegada era inmensa. Pero más allá de haber demostrado desde el principio estar a la altura de la camiseta, la actualidad del club y del equipo generaban un clima de insatisfacción en el público millonario, y el uruguayo no estuvo ajeno a la crisis.
En 1984, Francescoli estuvo a punto de irse al América de Cali en canje por Roque Alfaro, porque Luis Cubilla, el técnico en ese entonces, no lo tenía en cuenta. Qué hubiera sido de River si eso pasaba… Pero la insistencia de los dirigentes logró que el uruguayo continúe en la institución.
Y a partir de allí, todo cambiaría para siempre en la vida de Enzo. Con el tiempo, Francescoli dejó de ser esa promesa uruguaya para transformarse en el Príncipe. Con un nivel superlativo, se transformó en emblema del equipo y logró siete títulos con la camiseta millonaria, incluyendo nada menos que la Copa Libertadores de 1996, siendo la gran figura del equipo de Ramón Díaz.
Hoy, a 31 años de su debut, todos los hinchas millonarios pueden disfrutar de su presencia en el club, como presidente de la Secretaría Técnica. Caminando el anillo del Monumental, transmitiendo su experiencia y dando su opinión más que autorizada. Como él y River lo merecen.
+ Votá a Francescoli en la batalla de ídolos





