(Incluye video) Un día como hoy, pero de 1987, se jugó uno de los Superclásicos más inolvidables de la historia. River perdía 0-2 con el rival de toda la vida, pero luego lo dio vuelta y ganó 3-2, en el estadio Monumental.

Aquella tarde en el Antonio Vespucio Liberti quedó grabada en la retina de miles de fanáticos riverplatenses. El equipo, que en ese entonces dirigía Carlos Timoteo Griguol, exhibió una fabulosa muestra de carácter y le amargó la vida a Boca.

En el comienzo del encuentro, Omar Palma falló un penal para el Millonario y después el rival de toda la vida terminó aprovechándose de la situación. Jorge Rinaldi anotó dos tantos para que los visitantes pasaran a ganar, por 2-0.

Sin embargo, la ilusión de los fanáticos se alimentó gracias al descuento de Jorge Da Silva, quien recibió un fabuloso centro de Jorge Gordillo. Y tan sólo tres minutos después llegó el empate con una jugada similar a la anterior: Antonio Alzamendi mandó un centro desde el sector derecho y Ernesto Corti fue el encargado inflar la red con un cabezazo.

Pero esto no iba a ser todo. La Banda buscó el tercer gol y lo consiguió a falta de tres minutos. Palma tuvo su revancha y -con un golazo- puso el 3-2 para hacer delirar a todos los hinchas.

Para colmo, en tiempo de descuento, el árbitro Juan Carlos Loustau -padre del juez actual- le otorgó al eterno rival un penal inexistente. Aun así, Jorge Comas ejecutó el tiro desde los doce pasos y lo envió por encima del travesaño. Y sí, el grito de todo el Monumental fue ensordecedor y el llanto de Boca fue inevitable.

+ VIDEO: Una remontada Monumental

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