Como una curiosidad del destino, en este 2010 que recién va por su primer mes, está haciendo su debut Daniel Alberto Passarella como presidente de River Plate, pero hace exactamente 20 años también se estrenaba en otra función nueva para él, reciente ex jugador, ya que nada menos que se hacía cargo del plantel millonario tras el alejamiento de Mostaza Merlo de la dirección técnica.
A fines de 1989, tal como sucedió el mes pasado, hubo elecciones en River. Contra todo pronóstico, y por ajustado margen, el oficialismo representado por el vigente presidente Osvaldo “Titi” Di Carlo (había asumido tras la renuncia de Hugo Santilli), cayó derrotado en las urnas a manos de Alfredo Dávicce. Tras la derrota de Di Carlo, el técnico del primer equipo, Reinaldo Carlos Merlo, presentó su renuncia indeclinable al cargo. Bajo su mando, Mostaza había logrado la clasificación para la Copa Libertadores 1990 luego de ganar la Liguilla, tras vencer a Boca en la final de la Ronda de Perdedores y a San Lorenzo en la gran final.
En el Campeonato 1989/90 (último con el formato tradicional de dos ruedas), había llegado al receso de verano en la segunda posición, a una sola unidad de Independiente, campeón vigente. Si bien el juego del equipo no era muy vistoso, la efectividad era su punto fuerte, aunque en las últimas cinco fechas de la primera rueda, había caído también en resultados, consiguiendo tan sólo una victoria (Mandiyú en el Monumental), dos empates (Ferro, en Caballito e Independiente en casa) y dos derrotas de visitante frente a Estudiantes y Unión.
Si bien las flamantes autoridades con Dávicce el frente intentaron convencer a Merlo para que siguiera como DT, Mostaza no cambió su actitud, por lo que hubo que conseguir un nuevo técnico. Finalmente la elección recayó en Passarella, quien se había retirado del fútbol justamente tras derrotar a Boca en la final de la Liguilla. Si bien el actual presidente de River no tenía terminado su curso de entrenador, no dudó en hacerse cargo del plantel millonario en pleno verano de 1990 y debutó amistosamente el 15 de enero frente a Independiente (0-0) en Mar del Plata.
Una de las más importantes decisiones de Passarella al poco tiempo de asumir fue darle la titularidad como delantero a Ramón Ismael Medina Bello, quien casi no había tenido chances con Merlo, y en lugar de Gabriel Batistuta, titular indiscutible con Mostaza, pero con un flojo rendimiento goleador de tres tantos en 19 fechas. La decisión de Passarella es aún recordada, debido a la explosión goleadora de Batistuta tras su marcha de River, pero bien es cierto que con la banda roja en el pecho, el Mencho fue mucho más jugador que Batigol y logró goles muy importantes y festejados por la hinchada millonaria.
Pero el gran desafío era obtener el campeonato que River no lograba desde el triunfal e inolvidable 1986. El 26 de enero de 1990 dio comienzo la segunda rueda del torneo y River debía jugar en Rosario frente a Newell’s. El equipo formó de la siguiente manera: Comizzo; Gordillo, Jorge Higuaín, Serrizuela y Carlos Enrique; Héctor Enrique, Sergio Batista, Corti y Rubén Da Silva; Medina Bello (Batistuta) y Zamora. El partido terminó igualado en un tanto (gol de Da Silva), pero el rendimiento de River fue aceptable. Una semana más tarde se jugó el superclásico contra Boca, bajo un aguacero, y también River jugó muy bien aunque se repitió el empate en un tanto (Zamora). Luego de otra igualdad contra Argentinos en cancha de Huracán, se logró el primer triunfo frente a Platense (3-0 el 16 de febrero), para comenzar la senda triunfal (solo se perdió contra Talleres en el Monumental) que terminaría con la obtención del título.
“Vuelvo a River para ser campeón”, declaró Passarella en El Gráfico a los pocos días de asumir. Con el tiempo, se verá que pudo cumplir con su promesa, pues hasta su partida para dirigir a la Selección nacional, logró además del Campeonato 89/90, los Aperturas 91 y 93. A 20 años de aquellos hechos, todo el mundo riverplatense espera que, en su nueva función de presidente, Passarella continúe logrando los títulos que supo conseguir como jugador y técnico y que pueda obtener esa Libertadores que le ha sido tan esquiva siempre.
Fotos: El Gráfico