Miguel Borja tenía todos los números comprados para finalizar su etapa en River en el cierre de este 2025, no solo porque allí finalizaba su vínculo contractual sino además por sus bajos rendimientos en el año y una impaciencia de los hinchas que ya se hacía notar en las tribunas. Es por todo esto que la decisión de Marcelo Gallardo no sorprendió, y a la vez abre una disyuntiva de cara al mercado de pases actual.

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¿Es necesario reforzarnos con un nueve para dar comienzo al 2026 o es tiempo de buscar soluciones en lo que hay en el plantel y en los pibes que vienen asomando cabeza desde atrás? Lo primero que analizar parte desde el presupuesto que River tendrá destinado a las incorporaciones, que será de un monto total aproximado de 20 millones de dólares como máximo.
En ese contexto y, sabiendo que los goles cuestan caro en cualquier parte del planeta, habría que destinar no menos que un tercio de esa suma en traer un nueve de cierta jerarquía probada salvo que se trate de un préstamo donde suele ser más difícil negociar, como puede ser el caso de Luciano Gondou con el Zenit ruso que es el nombre que hoy picaría en punta en la consideración de la órbita riverplatense.
El segundo punto es contemplar las variantes dentro del plantel actual. Por condiciones naturales, Agustín Ruberto ya recuperado post larga lesión puede y debe ser una carta más que firme para apostar. Sumado a eso, Sebastián Driussi y Facundo Colidio también pueden adaptarse a la posición si bien no es lo que más cómodo les sienta. De todas maneras Gallardo siempre ve con buenos ojos que su centrodelantero tenga la mayor dinámica posible para ser el primer líder de la presión alta, y eso contribuye a que los tres ya mencionados puedan adaptarse perfectamente.
¿Los pibes que vienen pidiendo pista tendrán más minutos en 2026?
Finalmente el último punto a considerar pasa por los que en este último semestre del año empezaron a asomar cabeza y a sumar algunos minutos oficiales, que mostraron virtudes interesantes como para seguir puliendo, y que pase lo que pase en el mercado seguro tendrán su lugar en la pretemporada venidera.

El primero fue Bautista Dadín, a quien se le vieron buenos movimientos pero que casi que no tuvo chances de gol debido al mal funcionamiento del equipo en general. Y el segundo fue Joaquin Freitas, quien si bien no es nueve de área natural sí es un futbolista muy emparentado con el gol que ha mostrado mucho sacrificio y espíritu competitivo.
¿River necesita imperiosamente contratar un 9 para el 2026?
En definitiva, creo que salvo que se trate de un nombre absolutamente rutilante que rompa por completo el mercado, es sumamente riesgoso e innecesario apostar a la compra de un nueve. Durante el primer semestre donde no habrá grandes definiciones de los torneos más importantes del año creo que es una buena oportunidad para apostar a la solución casera de darle mucho rodaje a los juveniles mezclados con la experiencia de Salas, Driussi y Colidio, y además de esta manera no se seguirían tapando a los proyectos nacidos en el club.
En caso que no logren adaptarse o estar a la altura de las exigencias está como próximo salvataje el mercado de mitad de año como para solucionar ese potencial problema. Pero con el diario del viernes veo más preferible destinar el dinero proyectado en refuerzos en otros puestos mucho más necesarios como el del volante central y el recambio de los laterales o de ciertas posiciones d ela mitad de la cancha donde hoy el recambio es poco o nulo.





