Partido a partido, River confirma que la crisis futbolística es cada vez más profunda y los hinchas ya están cansados de un presente que parece no tener una salida positiva. Claramente, Marcelo Gallardo es el máximo responsable, pero son varios los jugadores que desde hace un tiempo le faltan el respeto a la camiseta que llevan puesta y decepcionaron en el duelo frente a Gimnasia y Esgrima La Plata.

El rumbo jamás se encontró en la serie contra Palmeiras en los cuartos de final de la Copa Libertadores y lo que siguió jamás se imaginó. Las derrotas de manera consecutiva en el Torneo Clausura contra equipos que en los papeles eran de menor categoría, por plantel y por el momento, como Atlético Tucumán. Llegaron las caídas en el Monumental dolorosas, como contra Riestra, Sarmiento y el Lobo. La frutilla del postre fue la eliminación en la Copa Argentina con Independiente Rivadavia de Mendoza.

Los papelones dejaron al Millonario alejado de los primeros puestos de su zona en el campeonato local, pero también hacen peligrar la clasificación a la Copa Libertadores 2026 mediante la tabla anual. Como viene sucediendo, los puntos dejados en el camino se sufren cada vez más y el año es cada vez peor, con futbolistas que no dan la talla a la historia de la institución, dejando nuevas frustraciones e incrementando el hartazgo.

La camiseta de River les pesa cada vez más

Kevin Castaño, por el cual se pagó €12.860.000, tuvo un buen primer semestre, pero después del Mundial de Clubes se apagó. Semana a semana, su rendimiento dentro de la cancha es cada vez más deplorable y esta noche tuvo un desempeño que lo dejó como el peor de la cancha. En paralelo, Juan Carlos Portillo tampoco viene demostrando y fue el autor de un inocente penal que derivó en el gol con el que Gimnasia se llevó el triunfo.

Una parte del plantel no está a la altura de River y sus rendimientos son cada vez más decepcionantes. (Getty Images)

Ya son varias las oportunidades y lo que el hincha ya empieza a anhelar es la despedida del club de Miguel Borja. No solo no viene teniendo un peso esperable en el ataque, con una clara falta de cuota goleadora, sino que en las difíciles no aparece. Erró su penal contra la Lepra Mendocina en la Copa Argentina y falló nuevamente desde los doce pasos en lo que pudo haber sido una igualdad ante el Lobo. Imperdonable.

El que sigue en una línea cada vez más decadante es Facundo Colidio. Al igual que el Colibrí, le cuesta surgir en los partidos importantes y su batería se está agotando. El entrenador volvió a confiar en él para ser uno de los tres delanteros, pero pidió el cambio a los 14 minutos por una posible lesión muscular que lo aleje del Superclásico. Viene de renovar su contrato, pero su presente es crítico.

Lucas Martínez Quarta volvió mal de Europa y continúa en un nivel por debajo de las expectativas. Fabricio Bustos sigue sin aprovechar sus chances cuando no está Gonzalo Montiel. Maxi Salas llegó con la cabeza en alto, contagiando energía, pero va en baja en los últimos meses. Nacho Fernández también mantiene un presente indefendible. Por su parte, Maxi Meza se recuperó de una larga lesión, estuvo mucho tiempo sin jugar, y está alejado de lo que en algún momento supo demostrar.

Son varios los desaprobados por los hinchas y que cada vez son más resistidos, pidiendo sobre el cierre “que se vayan todos” por sumar, por primera vez en su historia, cuatro derrotas de manera consecutiva en el Monumental. Los únicos que por ahora se están salvando de los insultos de la gente son Franco Armani, Lautaro Rivero, Marcos Acuña, Juan Fernando Quintero y los juveniles que salen a dar la cara ante una semana en la que se vendrá Boca.