El operativo distracción impulsado por Agustín Palavecino salió a la perfección. Minuto 45 del segundo tiempo, Sandez lo taló a Solari en el área por llegar tarde a una pelota y el árbitro cobró penal. Es penal, aunque hinchas rivales quieran decir lo contrario. Arranca una serie de tumultos entre los jugadores y en las tribunas empiezan a preguntare quién lo va a patear.
Mientras los jugadores de Boca le reclamaban al árbitro y se peleaban con los de River, Borja agarró la pelota y se alejó del punto penal casi hasta la medialuna. De la nada, el balón aparece en manos de Palavecino. Por unos segundos, todos creyeron que él se iba a hacer cargo de la ejecución. Se acerca Borja nuevamente y Pala le dice algo en el oído al Colibrí, tapándose la boca con las manos. Planean una estrategia.
No hubo ni cruce ni pelea por ver quién pateaba, simplemente Pala trató de acaparar toda la atención de los jugadores de Boca en él para evitar que lo molestaran a Borja y lo desconcentraran. Enzo Pérez también contribuyó, alejando a Equi Fernández y Pol Fernández que merodeaban el punto penal. Misión cumplida, porque el Colibrí agarró la pelota con una confianza envidiable, abrió el pie y desató la locura.
“Agarré la pelota. Luego, se la di a Pala para distraerlos un poco y salió bien. Porque todos empezaron a buscarme cuando tomé el balón, entonces decidí dejársela a Agustín. Él no quería cogerla, pero le aclaré: ‘Tomala que ahora me la das“, reveló Borja post partido en diálogo con TNT Sports sobre la curiosa secuencia.