Felipe Melo jugó un partido aparte en el Estadio Monumental y así le fue. En vez de preocuparse por tratar de ayudar a su equipo, estuvo más preocupado por hacer enojar a los jugadores e hinchas de River con sus repudiables gestos. En solo 10 minutos de juego ya se había vuelto loco festejándole ¡un lateral! a De la Cruz, que se quedó mirándolo atónito. Terminado el partido y mientras se dirigía al vestuario le hizo la gallinita a los simpatizantes de la San Martín.
En conferencia de prensa, el jugador brasileño fue un mar de lágrimas. “River hace muchas faltas, pega mucho y se hace muy difícil cuando el árbitro no pita. Ellos jugaron y lo vivieron como una final. Para mí jugar contra River no es especial. Fue un partido más. Especial es jugar contra Boca”, tribuneó.
El chiste no le salió barato, porque terminado el partido la Policía de la Ciudad lo fue a buscar al vestuario visitante para labrarle un acta por incitación a la violencia, a raíz de los gestos que le hizo a la tribuna de River. Queda claro que Felipe Melo es un mal perdedor y así lo marcó Nacho Fernández en las declaraciones que le dio a ESPN, aunque sin nombrarlo.