El 8 de agosto de 2017 es un día muy especial para Enzo Pérez, que siempre guardará en su memoria. Fue el día que, después de haber firmado su contrato y de haberse entrenado con el plantel, pudo cumplir el sueño de ponerse la camiseta de River y salir a jugar en el Monumental. El rival de aquella noche fue Guaraní de Paraguay, por los octavos de final de la Copa Libertadores: el equipo de Gallardo empató 1-1 y pasó de fase gracias al triunfo que había conseguido en Asunción. Pero los momentos más vibrantes para el mendocino se dieron en la previa al encuentro. Pisar el vestuario le generó una emoción que tuvo que hacer fuerza para poder contener.

“Mirar la camiseta colgada con mi número y mi apellido me emocionó. Me tuve que aguantar las lágrimas porque es algo que quería. No era algo solamente mío sino familiar”, reveló Enzo en una entrevista con el sitio oficial de la Conmebol Libertadores. “La entrada en calor, la caminata hacia el túnel para salir a la cancha… todos esos fueron momentos inolvidables que cada vez veo algo particular sobre ese partido se me vienen todos los recuerdos”, siguió detallando el volante, que tiene una particularidad que le hace vivir todo lo relacionado con River de una manera muy especial: “El que lo vive, el que lo siente como hincha, sabe el significado que tiene poder jugar en el club del cual es hincha”.

Y después, Enzo recordó una anécdota que le quedó de aquella noche en el Monumental: un corte en la pierna derecha que le recriminó a Robert Rojas cuando el paraguayo -jugador de Guaraní en aquel partido- se sumó al plantel de River: “Le pregunté cuando vino acá y él me dijo que no fue, ja. Que fue otro compañero. Pero tengotengo la marca. Fue en el primer tiempo y, bueno, me tuve que hacer un vendaje y cuando terminó el partido me tuvieron que poner puntos. Seis o siete puntos”.